ES UNA tradición del centro-derecha español confiar en la moderación del PSOE. Y es una tradición del PSOE defraudar al centro-derecha español radicalizándose sin motivo, acosado por esos fantasmas antisistema que le rondan cuando no manda en el Sistema. Y cuando manda, también. De Susana Díaz, tras el sensato interregno de Fernández, se esperaba un freno a la deriva podemita de Snchz, que, si gana las primarias del PSOE y como primera providencia nos garantiza una nueva convocatoria electoral en la que el PSOE se pondría a la cabeza del Frente Popular Separatista, en el que Podemos sería guionista, Snchz mascarón de proa y el separatismo catalán y vasco gran beneficiario de la quiebra del régimen constitucional.
Esto no es suposición, sino mera constatación de que la liliputiense mayoría de Rajoy necesita el apoyo de Rivera y la abstención del PSOE para mantenerse aseadamente en el Poder. Y de fallar uno de los dos, iría, a unas nuevas elecciones, esperando sumar diez escaños más. O no. Porque cualquier imprevisto –léase 11M: salió gratis, cabe repetirlo– puede suponer una mayoría del FPS en el Parlamento que dejara la democracia en quiebra. Aunque el FPS no ganara, es difícil que el PP saque dos millones de votos más sin hundir a Ciudadanos, con lo que pierde más que gana. Pero Rajoy, que no es de Derechas sino visigodo genuino (de ahí su querencia al puñal en familia) cree en eso de que el PSOE al final se modera y pacta los grandes asuntos de Estado. ¡Ja! La corrupción judicial y punto. En lo demás, Caín.
Por eso, en su despedida, que no abandono, de San Telmo, Susana se nos ha hecho bolchevique para equilibrar la radicalización de Pedremos. Ha posado con la bandera tricolor de la guerrública para celebrar una Ley de Memoria Histórica en la que, entre otras barbaridades, el Parlamento Andaluz, con la vil abstención de PP y C’s, deroga la Ley de Amnistía pactada por UCD, AP, PSOE y PCE, hace durar el franquismo hasta 1982, funda una Comisión de la Verdad a la argentina y crea una asignatura obligatoria sobre «crímenes del franquismo» en Primaria y Secundaria.
Y de propina, se marca un tango peronista sobre el impuesto de Sucesiones: antes que quitarlo, prefiere cedérselo a Montoro, segura de que se lo devolverá. Total, que la sucesión de Susana quiere cobrarla Díaz: puritito PSOE.