Nacho Cardero-El Confidencial

Todo apunta a elecciones anticipadas en Cataluña y en las filas de ERC aspiran al sorpaso y botar, que no votar, a Puigdemont y a su valido, peón y títere, Quim Torra

Regresa el quilombo catalán y vuelven a sonar los tambores de elecciones anticipadas. Por la inhabilitación de Torra, los nuevos rifirrafes con la Justicia, la pelea intestina entre JxCAT y ERC y el papel de esta última como sostén del Gobierno de Pedro Sánchez. Malas noticias para los que pensaban descansar de urnas en 2020. Esto debe ser el eterno retorno del que hablaba Nietzsche.

“Mi intuición es que no van a dejar votar a Torra y se va a liar. En tres meses, tenemos elecciones”, comenta un alto cargo de JxCAT.

Este lunes, hay pleno convocado para sacar adelante los Presupuestos del Parlament. El inhabilitado Quim Torra, como buen pretoriano de Puigdemont, en su estrategia de cuanto peor, mejor, pretende votar pese a que el Tribunal Supremo ha confirmado que ya no cuenta con acta de diputado y pese a la resistencia (tibia) de Roger Torrent.

El presidente del Parlament se encuentra atrapado entre la espada de JxCAT y la pared de la opinión pública. No quiere que vote, pero no quiere que se note que no quiere. Y el secretario del Parlament, Xavier Muro, no podrá apuntar el voto porque, si no, incurrirá en delito. Ergo, aunque Torrent ceda y Torra vote, no se contabilizará en el diario de sesiones.

Sea como fuere, vote o no vote, el lío está montado y las probabilidades de una crisis en la Generalitat que haga explosionar el Gobierno de coalición de exconvergentes y republicanos aumentan exponencialmente. Así cotiza en el Bwin de plaza Sant Jaume.

Unas elecciones con las que los de JxCAT pretenden denunciar el encamamiento de los republicanos con Sánchez, mientras que los de ERC aspiran al sorpaso y botar, que no votar, a Puigdemont y a su valido, peón y títere, Quim Torra, como describió gráficamente Carlos Alsina al ‘expresident’ en su entrevista.

Para más inri, el martes, el departamento de Justicia sacará de Lledoners a Oriol Junqueras y otros cinco ‘exconsellers’ para que comparezcan en la comisión del 155, ese trampantojo que se han sacado de la barretina las formaciones independentistas para, ahora que Montesquieu ha muerto, juzgar y condenar al Gobierno de Rajoy por destituir al Govern y disolver la Cámara catalana.

Más que una declaración, lo del martes será un acto de campaña. En puridad, las formaciones secesionistas llevan en modo electoral desde que Pujol calzaba mocasines en el colegio alemán de Barcelona.

Usarán las primeras declaraciones públicas de los reos tras la condena del ‘procés’ para poner como chupa de dómine a los magistrados del Supremo. Leña a los jueces que son de goma.

Perlas como las de Junqueras a ‘El País’ (“Lo que hicimos en otoño de 2017 estuvo bien hecho. Lo hicimos para volver a hacerlo”) salen gratis en el contexto político actual, con un PSOE, preso de ERC, que facilitará la puesta en libertad de los sediciosos y, a este ritmo, terminará promoviendo la aplicación del 155 en Murcia y el catalán como lengua obligatoria en los colegios de la capital del Reino. Lo llaman desjudicialización del conflicto.

El Gobierno se ha sacado la reforma exprés del Código Penal para rebajar la condena de los presos y que el Rey no se manche las manos con el indulto

En la picota están la Justicia (algunos tiempos penales en España “acompasan mal” en Europa, Carmen Calvo ‘dixit’), la prensa e incluso la Corona. La reforma del Código Penal que facilitaría la puesta en libertad de Junqueras y Cía no es sino una fórmula para no erosionar todavía más la imagen de Felipe VI.

El invento de la Moncloa es un trasunto de ‘solución Balduino’. Igual que el Rey de los belgas se apartó temporalmente para no tener que sancionar una ley, como era la del aborto, contraria a su moral, el Gobierno de Sánchez se ha sacado del magín la reforma exprés del Código Penal para rebajar la condena de los presos y que Felipe VI no se manche las manos con el indulto. Todo por el Rey, pero sin el Rey.

Si el Ejecutivo se vale del decreto ley para sacar adelante la modificación del Código Penal, es más que probable que se recurra ante el Tribunal Constitucional, ya que, según la tesis del jurista y actual presidente de la RAE, Santiago Muñoz Machado, se estaría violando el principio de reserva jurisdiccional al adoptar el poder legislativo medidas que son de índole judicial. Que se recurra ante el TC tampoco parece que vaya a suponer un escollo para el Gobierno, ya que sus últimos movimientos están encaminados a tener cogidos con el ronzal a la Fiscalía, Supremo y Constitucional, promoviendo la renovación urgente de los mismos. Todo por los jueces, pero sin los jueces.

La sociedad española se halla inmersa en una vertiginosa espiral de indecencia en la que se erosionan las instituciones y, por ende, se degrada la democracia, “de forma que poco a poco la democracia deja de ser funcional, hasta que llega un día en el que un país deja de ser democrático y sin embargo nadie puede aclarar el momento concreto en el que esto ha ocurrido”, escribía el economista Ignacio de la Torre en un brillante artículo.

Parafraseando a Chaves Nogales, solo los valientes y los que carecen de escrúpulos pueden acometer aventuras políticas como estas de las que estamos siendo testigos. No lo hacen por estos ni otros ideales, ni por defender la bandera de su patria o la de la revolución, “sino por cobrar su piel”, esto es, porque los 15 diputados de ERC son vitales para la supervivencia de Pedro Sánchez.