¿Qué pasaría si Alava reclamase para sí mantener una «relación amable», «de igual a igual» con el resto de Euskadi? Es la pregunta recurrente que suele quedar en el Parlamento de Vitoria, sin que los nacionalistas se dignen responder. La celebración de la ‘consulta’ de Ibarretxe resultará prácticamente inviable, sencillamente porque Alava no es partidaria.
Tercer aviso para que el lehendakari devuelva al corral su plan de consulta. No servirá de nada porque Ibarretxe hace ya tiempo que no hace caso de quienes le ponen objeciones. Como muestra, el botón de Imaz que tuvo que acabar presentando su dimisión. Pero la plaza está siendo testigo de los toques de atención que le están dando desde tantos rincones. Desde unas instituciones tan cercanas como el ayuntamiento vitoriano y el de Barakaldo, así como las Juntas generales alavesas, ya van tres toques. No para que cambie de tercio sino para que devuelva su idea al corral, «por no tener cabida en el ordenamiento jurídico». Se lo pueden decir con clarines, pero no más claro.
El primero que hizo sonar la alarma fue el Ayuntamiento de Vitoria, después el de Barakaldo y en tercer lugar las Juntas Generales de Alava. Ibarretxe reacciona como si oyese llover. Entre otras cosas porque le ocupa más la recusación que sus socios del Gobierno van a presentar contra dos de los jueces que le van a juzgar por su reunión con la ilegalizada Batasuna. Pero estos toques de atención son un duro golpe para él. Es cierto que no tienen otra validez que la testimonial. Pero el mero pronunciamiento contrario a su consulta da que pensar en uno de los argumentos más manidos por los parlamentarios críticos, en la sesión del debate de política general que se celebró en Vitoria el pasado 28 de setiembre: que Euskadi no se puede «desenganchar» de España, de forma unilateral, de la misma forma que Alava ( por ejemplo) no podría separarse del País Vasco por su cuenta y riesgo.
¿Qué pasaría si de repente Alava (el territorio menos sometido al mandato nacionalista) reclamase, para sí, mantener una «relación amable», «de igual a igual» con el resto de Euskadi? Esa es la pregunta recurrente que suele quedar sobre la tribuna de los oradores en el hemiciclo del Parlamento de Vitoria, sin que los nacionalistas del Gobierno se dignen a responder.
Paradójicamente, se da la circunstancia de que en el territorio menos nacionalista del País Vasco su diputado general, Xabier Agirre, pertenece al PNV, a pesar de que su partido quedó como tercera fuerza política en las últimas elecciones forales. Pero los pactos políticos tienen, en los intereses, razones que los votantes no entienden. Y el Diputado nacionalista, radical donde los haya, tuvo que lidiar con la negativa de la mayoría a la consulta del lehendakari, porque, en esta ocasión, y sin que sirva de precedente, los socialistas unieron sus fuerzas al PP para hacerle ver a Ibarretxe que la celebración de su consulta resultará prácticamente inviable, sencillamente porque Alava, entre otros, no es partidaria.
A Ibarretxe, pues, le tocará retirar su idea de la consulta. No pretenderá imponerla con tantos sectores en contra. No sería una forma políticamente correcta de empezar una campaña electoral.
Tonia Etxarri, EL CORREO, 14/11/2007