ABC 09/09/15
JAIME GONZÁLEZ
· Puestos a aceptar pulpo como animal de compañía, Cataluña puede ser una «nación» entendida como una realidad cultural, histórica, lingüística, sociológica y hasta religiosa, pero una Nación en sentido jurídico-constitucional (que es de lo que se trata) solo hay una: España. En consecuencia, el único titular reconocido de soberanía es el pueblo español (el pueblo catalán no puede adoptar ninguna fórmula jurídica, porque jurídicamente no existe como tal).
Si así fuera, la Constitución perdería su actual fundamento, sentido y razón de ser para convertirse en un cajón de sastre o en la catapulta para que Cataluña y el resto de territorios provocaran una implosión a la carta de lo que entendemos como Estado español. Si la parte se antepusiera al todo, España sería un concepto ambiguo y difuso –una realidad sentimental más que una realidad jurídica– a merced de la voluntad individual de sus distintos territorios. Y si González no dijo lo que dice «La Vanguardia» que dijo, no tengo claro por qué un modelo de Estado federal serviría para que el soberanismo se sintiera más a gusto si lo que le incomoda es España con independencia del modelo de Estado que elijamos.
Lo que tendría que hacer el socialismo es aclararse, porque entre los desmentidos de Felipe González no desmentidos por Pedro Sánchez (ya van dos en diez días), el PSOE va a necesitar más de tres vías para aclararnos qué quiere hacer con España.