Mira que yo tenía una opinión razonablemente buena del vicepresidente de Castilla y León, Juan García Gallardo. Tenía razón cuando respondía a sus detractores que él ganaba en el despacho familiar más dinero que en la Vicepresidencia de la Junta. El despacho que fundó su abuelo es uno de los mejores de Burgos, una sólida empresa familiar, pero cuando se empeña en la tontería no hay quien lo redima. Así al dictaminar que él ha encontrado la causa de la despoblación que padece Castilla y León: «la banalización del sexo lleva a que sea un fin en sí mismo, olvidando que su finalidad es la procreación».

Sánchez compareció junto a Biden, por fin, no fue una rueda de prensa como decía la prensa más adicta, se negó La Casa Blanca pero aceptó Biden una comparecencia conjunta y por fin se sacó el gañán la espina del paseíllo de los 19 segundos. ¡ había que verle sonreír, el gozo le reventaba por las cinchas, como a Rocinante. Sinn embargo, lo que tiene más contento a nuestro tuercebotas es que ha dejado fuera de la convocatoria al jefe de la oposición.

Zapatero, tan fiel a sí mismo: «las mejores cosas que he aprendido las aprendí de personas humildes, de las que aman de otra manera y de las que tienen un color de piel distinto al mío». Ya había dado muestras en aquella hagiografía tonta que le escribió Suso de Toro, cuando contó en encuentro revelador que había tenido con un sencillo pastor a orillas del río Cueño, cuando nuestro héroe no era todavía pescador de hombres y se conformaba con pescar truchas. Le preguntó el pastor qué estudiaba y cuando ZP le dijo que Derecho, le replicó: “Acuérdese de lo que le voy a decir: sólo las cosas que se aprenden sin estudiar no se olvidan”. Andar, montar en bici, copular… Quizá por eso acaba de declarar: “El Gobierno de coalición es lo mejor que le ha pasado a este país desde hace tiempo”.

Nuestro admirado  Antonio Papell no descansa: “Somos muchos quienes nos sentiomos muy bien representados por este Gobierno en eventos de altísimo nivel como los de Madrid de estos días. Y no veo a nadie en la oposición que tenga soltura para moverse en estos ambientes”. Soltura, dice, mientras todos hemos visto su metedura de pata con el protocolo, cuando saludó al rey y pasó de largo. Tuvo que llamarle Felipe VI para indicarle que se pusiera junto a la Reina para la foto. Justo lo contrario de lo que hizo en aquella fiesta nacional, cuando después del besamanos, se quedó junto a los Reyes para saludar y tuvo que llevárselo a rastras un funcionario de Protocolo.

Lo primero es dar cuenta de que cumplí el encargo que Federico me hizo ayer: busqué la foto de la novia de Juan García-Gallardo, el vicepresidente de Castilla y Léon después de su performance sobre el sexo, el entretenimiento y la procreación. A ver como te lo digo yo: Si este hombre solo mira a esa novia en función de sus capacidades reproductivas es más tonto de lo que yo me temía. Y una vez sentado esto no tengo más que decir.

Irene Montero, siempre en guardia. “Siempre me van a tener a su disposición para conocer mi opinión”, dijo la marquesa de la Mesa tonta a unos periodistas que la preguntaron hasta en cinco ocasiones por la valla y las cinco veces respondió: “Insisto, siempre me van a tener a su disposición para conocer mi opinión”, pero no la dio.

Es que esta tía se expresa en bucle. En realidad su discurso es una banda de Moebius: el oyente se desliza por la superficie y va a dar con el mismo punto exacto que había enunciado antes. El 18 de mayo de 2018 dio una rueda de prensa inenarrable en la que los periodistas le preguntaron si no era incoherente que hubieran censurado la compra de una vivienda de 600.000 euros por Luis De Guindos para comprarse ellos el casoplón de Galapagar y ella dijo una vez y otra (hasta cuatro) “si lo que usted me pregunta es si creo que la economía debe estar en manos de la gente y no de los mayordomos de los poderosos, le diré que sí lo creo hoy y lo creeré mañana y creo que los ministros deben comprar casas para vivir y no para especular” y vuelta a la gente y a los mayordomos de los poderosos, que pedaleando en la metáfora es terrible. Hasta que  una periodista le preguntó: “¿Por qué cree que ustedes compran casas para vivir y el señor De Guindos lo hace para especular?” Se quedó un momento callada y después dijo: “yo no he dicho tal cosa”. Recogió sus papeles, dijo ‘gracias’ e hizo mutis.

Citábamos ayer al gran Antonio Papell, que glosaba la soltura con que se movía Pedro Sánchez por los ambientes y las cumbres. Tuvo mala suerte al apreciarlo con la patada al protocolo del presidente del Gobierno que pasó de largo después de saludar a los Reyes y tuvo que llamarlo Felipe VI para que volviera sobre sus pasos a posar para la foto, como era preceptivo. Bueno, pues también ayer la pareja estelar de La Moncloa volvió a liarla. Begoña Gómez quiso posar junto a la primera dama estadounidense, pero la Reina Letizia defendió su condición de primera dama española y la desplazó un puesto más a la izquierda. Sin embargo, en la visita al Reina Sofía Begoña consiguió situarse entre Begoña y Jill. Tuvo otro momento Begoña en esa foto en la que está entre Sánchez y Biden y les coge a los dos por el talle. Joe corresponde con su mejor especialidad, que es su mano tonta.

Su marido protagonizó una foto memorable, durante el discurso inaugural de la cumbre de la OTAN. Frente a él, sobre la mesa, una banderita, tu eres roja, banderita tu eres gualda. ¡Con el escudo al revés! Ha habido quien ha querido sacar chispas de una anécdota trivial, gente de mala fe. Él quiso poner de manifiesto que su amigo Mohamed VI nunca se equivoca y que  si pusieron la bandera así en aquella cena por algo sería.

Dentrodemimaleta: “A ver si lo he entendido bien: mi hija de 16 años puede abortar sin mi conocimiento y cambiar de sexo  sin decirme nada, pero no puede entrar en Pachá. ¿Es asi?

Echeminga Dominga que viene de Francia colgaba ayer un anuncio: ‘Es fácil de entender’ y debajo, dos dibujitos naïf: a la izquierda, un carro de combate y a la derecha la silueta de un hospital. Y el mensaje: “Lo que se gasta en esto no se gasta en esto”. Pablo Haro Urquízar se lo arreglaba en un tuit que me hacía llegar Andrés Susinos, en el que el primer dibujo (lo que se gasta en esto) no iba con el dibujo de un tanque, sino con una foto de Echeminga y su salario anual (126.582, 68 euros). Lo que se gasta en eso, efectivamente, no se puede gastar en hospitales.

Mertxe Aizpurua daba cuenta de su último logro frente a Sánchez: convertir el Palacio de de la Cumbre en lugar de memoria. Dvid Martínez sugería declarar  lugar de memoria el zulo de Mondragón donde tuvieron encerrado a Ortega Lara 532 días, el descampado de Lasarte en el que Txapote disparó dos tiros a Miguel Angel Blanco o el bar La Cepa de San Sebastián donde asesinaron a Gregorio Ordóñez.

belisario comentaba en mi blog la entrevista a José Manuel Albares, a quien le deben de quedar cuatro desayunos como ministro: «La cumbre de Madrid cuando lo miremos con perspectiva histórica estará al nivel de la cumbre de Yalta o de la caída del Muro de Berlín»

Todavía no son las doce y ya llevamos cuatro o cinco momentos estelares de la Humanidad. La verdad es que engancha muchísimo.