Miquel Giménez-Vozpópuli
Da igual que retire los lazos o no. A Torra no lo piensa detener el gobierno de Sánchez y él lo sabe. Por eso se cachondea de nosotros
Si España fuese un país con un Gobierno, digamos, a la francesa, el separatismo habría durado cero coma segundos, el tiempo en el que un fiscal, un juez o un ministro habría enviado a la Gendarmería a detener a los burguesitos alborotadores. No quiero ni imaginarme lo que sucedería aquí si tuviésemos el problema de orden público, rayano en insurrección armada, que tienen los galos con los Chalecos Amarillos. Sánchez y todo su Gobierno se ensuciarían encima sin solución de continuidad durante días enteros y el olor de su miedo fecal se extendería por toda la nación. No es una figura retórica. Si la chulería de los señoritos separatistas les tiene paralizados y sin capacidad de respuesta, hagan ustedes números acerca de cómo responderían esos indocumentados ante una revolución en toda la regla. Que, dicho sea de paso, todo se andará viendo como está el patio.
Y es que tampoco es descartable que pase aquí un quilombo como el francés porque, cuando un político se niega a obedecer la ley, sin que le pase nada, la barbarie y la sinrazón tienen el camino expedito para alcanzar el triunfo. Que Torra esté toreando a la Junta Electoral Central pasando de retirar la simbología separatista, diciendo que eso es cosa de cada departamento, que lo ha consultado con el Síndic de Greuges – vaya dos patas para un banco, este y Torra – y que on verra solo puede suceder si quien se sienta en el sillón de la presidencia del Gobierno es un pusilánime, un ególatra, un narcisista capaz de vender a quien haga falta con tal de seguir en el machito.
A quien Torra puede solicitar dictámenes, por tener la capacidad legal de redactarlos y que tengan validez, es a los letrados del Parlament
Como sea que el juicio está empezando a pintar ruina para los separatistas, tienen que enmascarar por todos los medios que lo suyo no ha sido más que un tremendo cachondeo
Y como sea que el juicio está empezando a pintar ruina para los separatistas, porque la verdad es una y no treinta y una, tienen que enmascarar por todos los medios que lo suyo no ha sido más que un tremendo cachondeo, una monumental broma privada de mal gusto, un a ver quién la tenía más larga y meaba más lejos, si los convergentes o los republicanos, un pretexto para colocarse con unos sueldazos millonarios y favorecer a las empresas de papá. Esa es la Cataluña que han pretendido crear los separatistas a partir de la real, la trabajadora, la que suda tinta – como en cualquier otra parte de España, por cierto – para salir adelante.
Todo eso no quita que Torra tenga el campo libre para ciscarse en todo lo ciscable, pasarse por el forro las normas de convivencia, el respeto a las instituciones o el sentido común. De ahí que lo de Sánchez sea todavía más criticable. Con la jindama que gasta este tipo y su corte, solo con que la Fiscalía del Estado dijera que basta y que hay que cumplir lo que dice la Junta Electoral, verían ustedes como los lazos desaparecían con una rapidez que ríanse ustedes de los trucos de Juan Tamariz. Pero Sánchez hace números y sabe que va a necesitar a toda esta tropa de cara al futuro si quiere seguir, que sí que quiere, con su colchón en la Moncloa. En fin, que se nos orinan encima y, poniendo cara de circunstancias, decimos que llueve.
Qué pena. Y qué asco, para qué les voy a engañar.