EL MUNDO 20/04/13
Uno de ellos, considerado experto en «desobediencia civil», graba a los ‘ertzainas’
Dentro del poder y contra el poder. Es la fórmula de la izquierda abertzale desde las instituciones. La vieja Batasuna ha completado la pirueta en San Sebastián, donde el Ayuntamiento ha permitido una larga ocupación de centenares de jóvenes radicales. Ayer, cuando la Ertzaintza fue a detener a los seis condenados de Segi a los que protegían, no faltaron dos asesores de Bildu, uno de ellos experto en «desobediencia civil».
Gracias al permiso del alcalde Juan Karlos Izagirre, el Boulevard situado frente al Ayuntamiento ha estado ocupado día y noche por hasta un millar de simpatizantes que levantaron un «muro popular» con un protocolo muy estudiado para intentar impedir de forma pacífica el arresto de los condenados. Ayer, cuando la sentada fue disuelta por la Ertzaintza sin que se produjeran incidentes graves, no sólo un senador de Amaiur, Urko Aiarza, y un dirigente de Sortu, el histórico Joseba Álvarez, sino también dos asesores del propio equipo municipal de Bildu participaron en el acto.
En dos imágenes a las que ha tenido acceso EL MUNDO, se observa cómo uno de ellos, Ekai Txapartegi, considerado experto en «desobediencia civil», graba a los agentes, y cómo otra asesora -cuya nómina paga la coalición y no el Ayuntamiento, dado que el alcalde ya ha excedido el número de asesores permitidos por la ley- aplaude a los condenados.
En los últimos 11 días, varios concejales del Gobierno, incluida la teniente de alcalde, Nora Galparsoro -que es quien firmó la autorización para la acampada-, han bajado al Boulevard para arropar a los radicales. El alcalde no se ha atrevido, pero, a cambio, los ha recibido con todos los honores en el Ayuntamiento.
La zona en la que han estado acampados fue bautizada como Aske gunea (espacio de libertad), aunque el PSE aseguró ayer que sus concejales habían pasado «miedo» y sentido «intimidación» al caminar por sus inmediaciones.
La oposición se mostró ayer unida en su aplauso a la Ertzaintza y en el reproche al alcalde, que a su juicio ha permitido, llevado por su connivencia con los condenados, una ocupación que vulnera las normas municipales. El portavoz del PNV, Eneko Goia, acusó a Izagirre de haber «mirado para otro lado ante una situación» de «barra libre» que ha generado «inseguridad», por mucho que su coincidencia con las reivindicaciones sea «humanamente comprensible».
El socialista Ernesto Gasco opinó que «se puede» discrepar de la sentencia del Tribunal Supremo, pero no apoyar el comportamiento «incívico y de extorsión» que ha dado una imagen muy negativa de la ciudad. Además, calificó de «tomadura de pelo» que Bildu hable de «insumisión civil», cuando ostenta el máximo poder en Guipúzcoa e incluso participa en el Congreso.
Borja Sémper (PP) espetó a la izquierda abertzale que San Sebastián «no es su herriko taberna», y denunció que los condenados han sido tratados con privilegio «por ser de Segi» en «una ciudad sin ley, donde se refugiaban tipos buscados por la ley».