ABC – 13/11/16
· El nuevo presidente asegura que no tiene ningún plan previsto para enjuiciar a Clinton.
· En su libro más famoso, «El arte del negocio» (1987), Donald Trump explicaba que parte de su éxito se debía a «jugar con las fantasías de la gente. La gente quiere creer que algo es lo mejor, lo más grande y lo más espectacular. Yo lo llamo la hipérbole verdadera. Es una forma de exageración inocente y una forma muy efectiva de promoción».
Era de esperar que el presidente electo, que prometió desde el principio gestionar el país igual que sus negocio, aplicara la misma receta en su asalto a la Casa Blanca. No ha pasado una semana desde que ganó las elecciones, y en las escasas intervenciones públicas que ha tenido ya ha empezado a matizar y poner distancia con algunas de las principales promesas que le catapultaron a una presidencia inesperada.
En asuntos como la reforma sanitaria de Barack Obama –conocida como «Obamacare»–, la construcción de un muro en la frontera con México pagado por el país vecino o la persecución judicial de Hillary Clinton, su discurso está muy lejos de la virulencia que mostraba en los mítines hasta el último día de la campaña.
En una entrevista con «The Wall Street Journal», la primera que ofrece como presidente electo, aseguró que mantendrá dos cláusulas centrales de «Obamacare»: la prohibición a las aseguradores de que denieguen cobertura a clientes con enfermedades preexistentes y la posibilidad de que los padres puedan incluir a sus hijos en sus seguros hasta los 26 años. «Son sus principales activos», dijo Trump en una entrevista televisada para el programa «60 minutes», que se emitirá hoy. Durante la campaña, reiteró hasta la saciedad su promesa de «derogar» el «Obamacare», algo que mantuvo en la entrevista sin dar detalles de cómo lo hará. «Irá todo bien. Yo hago un buen trabajo, sé cómo hacer estas cosas», se limitó a decir.
En sus mítines, al igual que en las celebraciones de su victoria, uno de los gritos más escuchados era «¡Métela en la cárcel!», en referencia a Hillary Clinton. Trump aseguró que nombraría a un fiscal especial nada más llegar al cargo. En la entrevista con el «WSJ» no parecía tan apresurado a hacerlo: «Es algo en lo que no he pensado mucho», se limitó a decir y nombró otras prioridades, como la atención sanitaria, el empleo, la reforma fiscal o el control de las fronteras.
En este último capítulo también podría haber marcha atrás. «¿Quién va a pagar el muro?», gritaba Trump en sus mítines. «¡México!», respondían eufóricos sus seguidores. Ahora el plan de construir un muro en los más de 3.000 kilómetros de frontera y que su coste lo asuma el país vecino ha pasado a un segundo plano. Newt Gingrich, ex presidente de la Cámara de Representantes, asesor de Trump y posible futuro secretario de Estado, no ofreció muchas esperanzas: «Dedicará mucho tiempo a controlar las fronteras. Pero quizá no tanto en tratar de que México pague por ello, aunque fue una gran estrategia de campaña».
¿Impedirá también la entrada de musulmanes en territorio estadounidense para controlar el terrorismo? El pasado jueves, a la salida de una reunión con líderes republicanos del Congreso, prefirió no contestar.
Preguntado en la entrevista del diario neoyorquino sobre si no se le había ido la mano con la retórica en campaña, dijo con rotundidad que no. Y lo justificó con una sola palabra: «Gané».
ABC – 13/11/16