Trumps

EL MUNDO 28/07/15 – ARCADI ESPADA

· Observo que la prensa socialdemócrata habla con gran soltura de las estupideces de Donald Trump, el populista que amenaza con convertirse en el candidato de los republicanos. No tengo dudas de que Trump las dice. De hecho un fantasma recorre el mundo, y es el de la estupidez. La estupidez de Le Pen, de Farage, de Tsipras y en primer plano español la estupidez de Artur Mas y de Pablo Iglesias.

Comprendo el peso del kilómetro sentimental y la facilidad con que uno puede llamar estúpido al que opera a cinco mil kilómetros de distancia. Pero aun así es asombroso que las propuestas de los populistas españoles no se hayan sometido al juicio de la inteligencia y que haya vuelto a probarse que la altivez ideológica es el mejor camuflaje de la indigencia intelectual. Baste decir cuánto se ha insistido en que Iglesias era profesor, sin advertir la catástrofe que significaba esa insistencia. Y cuánta insistencia ha habido igualmente en la capacidad del presidente Mas de mostrarse sandio en varios idiomas.

A la opinión socialdemócrata le preocupa que este Trump diga pomposo: «El sueño americano ha muerto.» Una afirmación más o menos literaria, y por lo tanto mucho menos concretamente estúpida que llamar régimen a la época española que se abre a partir de 1978 y proclamar además su muerte inminente. Decir, dos puntos, «Los Oscar fueron una gran noche para México, que está saqueando a Estados Unidos más que cualquier otra nación» es un delirio inmoral a la altura del España nos roba, el topos que aquí se rechaza con la publicación de balanzas fiscales y no con el tallaje de una camisa de fuerza. Tras las últimas elecciones americanas Trump escribió en su Twitter: «Estas elecciones han sido una farsa. ¡No somos una democracia!» No es necesario que reúna las decenas de frases ofensivas que los lactantes de la dictadura venezolana se permiten hacer sobre la democracia española; pero cualquier meditación sobre el sistema democrático y los populistas ha de acudir siempre al programa de gobierno de la alcaldesa Colau: «Desobedeceremos las leyes que nos parezcan injustas».

Una de las hazañas más pintorescas de Trump fue cuando aseguró con voz cavernosa: «Una fuente altamente creíble ha llamado a mi oficina y me ha dicho que el certificado de nacimiento de Obama es falso». Extremely, dijo. La acusación provocó el momento obama de la temporada: «Voy a mostraros el vídeo oficial de mi nacimiento. Lo advierto: nadie ha visto esto en 50 años». Era el nacimiento de Simba.

En fin. Soy yo el que parezco un analfabestia. Pedir a los socialdemócratas españoles que receten Walt Disney a la puerilidad populista ¡cuando gobiernan con ella!