«Ha sido más el susto que otra cosa», reconoce Nacho Toca, líder de Nuevas Generaciones (NNGG) del PP en Vizcaya. Lo dice con la mandíbula todavía dolorida tras haber recibido un puñetazo la noche anterior. Una agresión con una clara motivación política. A Toca le pegaron por ser quien es y por pertenecer a una organización política. «¿Tú eres el de Nuevas Generaciones? Pues te vas a cagar», fue la frase que escuchó la madrugada del sábado al domingo, hacia las 1.00 horas. «Se está vendiendo que es un nuevo tiempo, con el aniversario del fin de ETA… Se vende como muy bonito, como si todo fuera ya historia, pero la realidad aquí no es esa. La realidad es que yo voy con una pulsera con la bandera de España o una del PP y me insultan», asegura Toca en conversación con EL MUNDO, ya tras haber puesto la preceptiva denuncia ante la Ertzaintza y haber acudido al médico.
Todo comenzó pasada la medianoche del sábado. Toca, explica él mismo, estaba tomando unas copas con dos amigos de Bilbao y tres amigas de Madrid «que era la primera vez que venían por aquí, imagina la impresión que se llevaron…». Lo hacía en el bar Café Memorial, situado en la calle Ibáñez de Bilbao, en pleno centro de la capital vizcaína. En un momento dado, se le acerca un desconocido y le pregunta si es «el de NNGG». «Yo le dije que sí, claro, es algo que nunca oculto y no tengo ningún problema en decirlo», comenta el agredido. Tras escuchar la respuesta, comienzan los insultos y las amenazas: «Pues te vas a enterar, eres un payaso, listillo, ya verás, te vas a cagar…».
Todo parecía haber quedado en un momento desagradable, pero «un par de minutos después», ese desconocido regresó al lugar donde estaba el político del PP y le propinó un puñetazo en la mandíbula después de volver a llamarle «payaso». «Al tío se le veía que tenía odio puro, una cara que piensas que está mal de la cabeza, que es un desgraciado», afirma.
Pese a que el bar estaba lleno, sólo una persona «amiga de mi secretaria general, pero que no es del PP ni nada», se interesó por el estado de Toca. Él lo achaca a que fue todo muy rápido y que por eso casi nadie se enteró de lo sucedido. Los «tres o cuatro» amigos del agresor tampoco terciaron en la situación. Una de las amigas de Toca sí que recriminó su actitud al violento y le pidió que les dejara en paz. «Después de lo que ha pasado aquí, yendo con escolta durante muchos años, que pase esto ahora… Es injustificable», lamenta el dirigente de NNGG.
Tras la agresión, reclamaron la ayuda del personal de seguridad del bar, «aunque ellos no tienen autoridad para identificarles». Sí consiguió que, al menos, el radical fuera expulsado del establecimiento. «Después llegó la Ertzaintza, pero al darse cuenta se marchó rápidamente de ahí», recuerda. La Policía vasca les escoltó hasta que salieron en coche de Bilbao.