EL ESPAÑOL publica hoy las principales conclusiones de un informe de la Guardia Civil que demuestra la existencia de una trama que coordinaba el tratamiento mediático de las acciones violentas de Tsunami en televisiones, radios y digitales catalanes como TV3, Catalunya Ràdio, Vilaweb, Ara o Nació Digital a través de un grupo de periodistas afines.
La trama, un cartel de medios para la coordinación del relato sobre acciones de Tsunami como el asalto al aeropuerto del Prat en el que murió un ciudadano francés, se comunicaba a través de un chat de Telegram creado por el empresario Oriol Soler, considerado por la Guardia Civil como uno de los cerebros de Tsunami.
De ese chat formaban parte, entre otros, y según el informe de la Guardia Civil, el mismo Oriol Soler; Saül Gordillo, por aquel entonces director de Catalunya Ràdio; David Bassa, director de informativos de TV3; Ferran Espada, hoy director de Públic y colaborador de TV3, Catalunya Ràdio y 8TV; Marc Colomer, en aquel momento director de la Agència Catalana de Notícies y jefe de comunicación y estrategia de ERC hasta hace apenas unas semanas; Oriol Duran, secretario de medios de comunicación del Govern; y Toni Soler, propietario de la productora Minoria Absoluta y presentador estrella de varios de los programas más exitosos de TV3, como Està Passant y Polònia.
El informe de la Guardia Civil demuestra que esos 26 periodistas catalanes con cargos directivos o de amplia visibilidad en algunos de los principales medios catalanes coordinaban, bajo el liderazgo de Oriol Soler, la manipulación y la intoxicación de las noticias relacionadas con las acciones de Tsunami.
Las conversaciones del grupo demuestran también la falta de independencia de los periodistas del grupo, su sumisión a las directrices de Soler y el estrecho vínculo entre ERC, Tsunami, TV3, Catalunya Ràdio y otros medios nacionalistas.
En esas conversaciones se llega a afirmar que quienes definen qué es o no es violencia son los Mossos d’Esquadra, y que los Mossos están al servicio del independentismo. También se acepta tácitamente la posibilidad de la violencia y se pacta el eufemismo que se utilizará para blanquearla («desobediencia civil»).
Esos periodistas reciben además información privilegiada sobre las futuras acciones de Tsunami antes de que estas se produzcan.
Se da la circunstancia de que Oriol Soler, que el 15 de diciembre de 2019 sugirió en una conversación interceptada por la Guardia Civil la posibilidad de «hacer un Hipercor», es el productor, a través de la cooperativa Abacus, de la serie más cara de la historia de TV3, Jo mai mai, por la que ha recibido casi tres millones de euros.
El informe de la Guardia Civil demuestra la sumisión a las ramas más radicales del independentismo de una buena parte de los medios catalanes, incluidos los dos principales medios de comunicación públicos, TV3 y Catalunya Ràdio. Demuestra también la concertación de las fake news relativas al procés publicadas por esos medios y hace inevitable la comparación del panorama mediático catalán con el de regímenes autoritarios como la Rusia de Putin, epicentro de la intoxicación mediática internacional.
La publicación del informe de la Guardia Civil por parte de EL ESPAÑOL llega sólo 24 horas después de que la junta de fiscales de lo penal del Tribunal Supremo haya rechazado, por una mayoría de 11 de 15 fiscales, la propuesta del fiscal Álvaro Redondo, que tras un sorprendente cambio de opinión había descartado el delito de terrorismo en los actos de Carles Puigdemont. 12 de esos 15 fiscales han afirmado también que hay indicios de terrorismo en los actos de Tsunami.
La decisión supone un nuevo obstáculo en las negociaciones que el PSOE mantiene con Junts sobre la ley de amnistía, ya que abre la posibilidad de que el Supremo procese tanto a los responsables de Tsunami como a Carles Puigdemont por terrorismo.
La existencia de una trama periodística destinada a la intoxicación informativa y el blanqueo de acciones que, de acuerdo con los fiscales del Supremo, podrían ser condenadas como terrorismo demuestra que los tentáculos del procés abarcaron tanto la política como el mundo empresarial como los medios de comunicación.
Es esta corrupción estructural y sostenida en el tiempo la que hoy pretende blanquear el Gobierno con la ayuda de su propio brazo periodístico. Pero la realidad es tozuda y noticias como esta, a la que seguirán, sin duda alguna, muchas otras, sólo demuestra la oscuridad del camino que ha escogido el Gobierno para su huida adelante.