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ABC-IGNACIO CAMACHO

No consideramos negociable la responsabilidad de Estado. El Gobierno exige una dirección única y un solo liderazgo

SE trataba de tomar café pero ni siquiera lo pide. Su asistente de prensa le mete prisa porque ha de ir a la reunión de la ejecutiva. Se le nota que tiene ganas de hablar: es la famosa «batalla del relato» en la que lo importante ya no es, o no parece, tanto la investidura en sí misma como señalar culpables de un previsible fracaso. Se lanza en tromba. «El problema es Iglesias, sí, aunque no por él en concreto, o no exclusivamente, sino por el concepto del Gobierno como una responsabilidad y un compromiso asumidos con unidad de criterio y de principios. No es viable un cogobierno, ni dos gobiernos en uno, como en Italia con Salvini. El Gobierno es del presidente, lo nombra él y necesita cohesión y confianza en su equipo. Un socio tiene derecho a proponer personas, pero elige el presidente. Con las manos libres. Y no hay sitio para el líder de otro partido, que tiene la obligación de diferenciarse de nosotros para delimitar su propio territorio político».

«Con Podemos se pueden acordar muchas medidas sociales y algunas económicas, y poco más. No hay coincidencias en cuestiones de Estado. No me refiero sólo a Cataluña, el derecho de autodeterminación, el juicio del procés y todo eso. Es mucho más amplio. Europa, los criterios de déficit, la política internacional, los aliados. La idea de la Constitución. El sistema económico. La seguridad nacional, para la que son esenciales las relaciones con los vecinos; sí, Marruecos, por ejemplo. ¿Cómo se va a sentar en el Consejo de Ministros alguien que piensa sobre estas cosas de un modo completamente distinto? Y sobre todo alguien que tiene que construir su propio discurso singularizado. Lo decimos ahora porque hemos llegado al final y es imprescindible explicarlo. ¿Qué por qué no hemos hecho al PP y a Cs una oferta de pactos globales? A Casado se le hizo, y se mostró dispuesto a hablar… después de la investidura. Y Rivera no ha querido escuchar. Yo los puedo entender, y si no, me aguanto porque es su estrategia, pero quiero que se conozca y se comprenda la nuestra».

«Y la nuestra consiste en defender lo que significa un Gobierno como eje institucional básico del Estado. No es lo mismo una coalición en un municipio o una autonomía, que con todo respeto se ocupan de cuestiones administrativas. Ahí sí me puedo poner de acuerdo con cualquiera, dentro de unos límites. ¡Si nos hemos tragado a Colau! En cambio, en el Gobierno de la nación no es posible, tiene que haber un criterio común y un liderazgo claro para representar los intereses de España en su conjunto. Es la última oferta: ministros “técnicos”, cualificados, aunque sean dirigentes de Podemos, propuestos por ellos pero elegidos por el presidente y bajo su dirección única. Esto es sobre lo que tienen que decidir. No negociaremos la responsabilidad de Estado. Y no es off the record. Quiero que lo digas. Te ruego que lo digas…»