EL MUNDO 02/06/14
SANTIAGO GONZÁLEZ
Hace tres semanas, la todavía número dos del PSOE, Elena Valenciano, puso a Andalucía como espejo en el que debe mirarse la UE: «Probemos con la izquierda, como en Andalucía; veréis cómo va todo mejor». El recién dimitido secretario de los socialistas vascos, Patxi López, apuntaba hacia la presidenta de la Junta como receta: «El PSOE necesita soluciones extraordinarias. Y Susana Díaz lo es». Es una lástima que la joven revelación del socialismo andaluz no sea un aval de más peso en la consideración de las agencias de rating comparable a la que representa, un suponer, la juez Alaya. Standard&Poor’s hizo saber a todo quisque susceptible de convertirse en inversor que la solvencia de Andalucía está en el furgón de cola de España, y que si se confirma el escándalo de los cursos de formación, la solvencia de la economía andaluza bajaría el último peldaño que la separa del bono basura.
Por debajo de Andalucía, universalmente instaladas en el bono basura sólo están Cataluña, Baleares y Valencia. En realidad, esto sólo constituye un problema real para Baleares y Valencia. No todo el mundo puede presumir de tener un hecho diferencial, una identidad maltratada y 300 años de expolio como Cataluña. Fitch califica a Andalucía de igual manera que Standard&Poor’s, mientras Moody’s la coloca sin mayores preámbulos en el bono basura.
La Junta de Andalucía había cumplido en 2013 su objetivo de déficit, cosa que no habían hecho Cataluña ni Valencia, pero no hay caja suficiente para pagar los intereses de la deuda, que en el próximo año superarán los 3.000 millones.
En resumidas cuentas, Standard&Poor’s considera que Andalucía es una de las regiones más pobres de España, con una tasa de paro, el 34,9%, superior en 10 puntos a la media española y que con tales niveles de desempleo tendrá que aumentar sus impuestos o aplicar más recortes. O ambas cosas, aunque el socialismo gobernante ha mostrado suficientemente su renuencia a esto último. También suspende la actuación presupuestaria de la Junta de Andalucía.
No todo es negativo, sin embargo. Un suponer: los cajones del Gobierno andaluz ya no están llenos de facturas impagadas y la agencia no parece dispuesta a bajar el último escalón por el momento, mientras el Fondo de Liquidez Autonómica siga al rescate.
La consejera de Hacienda de la Junta se llama Montero, hermosa paronomasia de Montoro, y ha denunciado en sede parlamentaria que los andaluces reciben de la financiación autonómica menos recursos que el resto de los españoles, exactamente 2.800 millones de euros menos que la media. Qué cosas. ¿Cómo es posible que todos crean estar por debajo de la media en la financiación de Zapatero? Y llegados a este punto, ¿qué es la media? Un frenesí.