Ultraizquierdistas

Antonio Burgos-ABC

  • Aunque quieren acabar con la Constitución y con la Corona aquí a nadie llaman ultraizquierdista

Será como las hormigas, que empiezan ahora a salir con el calor, pero yo no he visto tantos fascistas, o tildados de fascistas, como en esta campaña de las elecciones autonómicas de Madrid. Hasta han creado una nueva definición de la palabra, que el Diccionario pronto deberá incluir entre sus acepciones como la más usada en nuestros días: «Fascista: todo aquel que no piensa como yo, que soy más progresista que la leche que mamé». Candidato ha habido que ha echado la campaña acusando de fascistas a todos sus adversarios políticos de otras siglas, a los que ha convertido en enemigos. Cuanto más ha subido Isabel Díaz Ayuso en las encuestas, incluso en las de Tezanos, más fascistas han estampillado los restantes cinco candidatos.

Lo malo va a ser como la malvada maniobra para arrebatar Madrid al PP les salga, como parece, todavía peor que la de Murcia, si ello es posible, y el martes saque mayoría absoluta Isabel Díaz Ayuso. Sola o en compañía de otros, que son Vox. Ojú. Madrid se va a llenar de ultraderechistas, de fascistas, de enemigos de la democracia. Porque basta con ser partidario de la libertad para que te tachen de fascista. O sin ir tan lejos, basta que digas que el Consejo del Poder Judicial ha de ser elegido por los propios jueces. O basta con que digas que unos cartuchos de fusil de asalto dentro de un sobre son peores que un adoquinazo en toda la cabeza a un policía nacional o a un guardia civil, o a un señor que en Vallecas, haciendo uso de su libertad, estaba defendiendo lo que muchos que van a votarlos el martes. O mucho me equivoco, o será un plebiscito de un ‘Sánchez, váyase’, usando además las peores armas y el ‘todo vale’ para que no se vaya. Entre otras cosas por la cuenta que les trae a sus veintidós mil ministros y a sus legiones de miles de asesores y hordas de altos cargos. Que son unos artistas. Donde quiera que llegan, barren y echan a todo el que no piense como ellos, y no como la derecha, que tiene en cuenta los derechos adquiridos, las libertades y otras fruslerías propias de los fascistas.

Lo que más gracia me hace con esto de que España se nos haya llenado de golpe de fascistas y de ultraderechistas es que, por el contrario, aunque pactan con los herederos de la ETA, acercan a las Vascongadas a todos los etarras que cumplen condenas por asesinato… Aunque pactan con los separatistas catalanes condenados por sedición, a los que dejan salir de la cárcel para que hagan campaña y les aplican todas las gracias concesibles en la Justicia, y quieren acabar con la Constitución y con la Corona, aquí a nadie llaman ultraizquierdista. La ultraizquierda en la que se apoya Sánchez para gobernar (o lo que sea lo que hace desde La Moncloa) y a la que se lanzó de espontáneo Pablo Iglesias para tratar de echar a fascistas y antidemócratas del gobierno de la Comunidad de Madrid, no existe verbalmente. ¿Es que nadie se atreve a llamar ultraizquieristas a quienes lo de la ‘ultraderecha’ y el ‘fascismo’ no se les cae de la boca? Pues por lo visto, no.