EL CORREO 12/05/14
· El juez Velasco señala que la organización les proporciona vivienda y recursos a cambio de mantener «una actitud de militante activa»
La dirección de ETA se encarga directamente y de forma individual de decidir el país en el que deben vivir en la clandestinidad sus huidos. Esta es la conclusión de un informe de la Comisaría General de Información de la Policía que recoge el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco en el auto de procesamiento de Javier Aguirre Ibáñez por integración en ETA. Detenido en Bélgica el 28 de octubre de 2011, Aguirre fue capturado junto al también miembro de la organización Ventura Tomé Quiroga, quien se dio a la fuga a mediados de 1999 para evitar sendas condenas a 22 y 17 años de cárcel.
El magistrado concluye que los militantes «que huyen de sus domicilios y se sustraen de la acción de la justicia» pasan a formar parte de un «colectivo de refugiados» sometido a la disciplina y el control «férreo» de la banda. Incluso, pactan un «contrato» mediante el cual se garantizan estar «en el seno y bajo el paraguas» de ETA a cambio de «mantener una actitud de militante activa, formándose, aprendiendo el idioma (del país al que sea enviado) u obteniendo recursos». Al parecer, se les indicaría también «cuáles deben ser sus primeros pasos a dar en dicho país, su comportamiento y actitud de lucha en esa nueva etapa».
En el caso de Aguirre, el auto explica que convivía en una misma vivienda con Ventura Tomé siguiendo las instrucciones de la dirección etarra, ya que ninguno de los dos eligió ese destino voluntariamente ni tampoco vivir juntos, sino que les fue impuesto por la banda a cambio de una casa en la que refugiarse y documentación falsa.