SANTIAGO GONZÁLEZ – 02/05/15
· La familia de Joseba Pagaza va a recurrir la decisión de la alcaldesa de Andoain de retirar el buzón de Joseba, instalado por la familia al cumplirse el duodécimo aniversario de su asesinato el pasado 8 de febrero en el bar Daytona, para que los convecinos pudieran expresar de manera anónima lo que tal vez venían pensando calladamente desde hacía mucho tiempo. Si el recurso no prospera, la alcaldesa ordenará la retirada del incómodo testigo de la indignidad a los agentes de la Policía Municipal que fueron los subordinados de la víctima.
Andoain es uno de esos pueblos en el que sus vecinos de sienten sometidos a un control social severo por los complices morales de los asesinos. Como el Salzburgo de los años 30 que retrataba Stefan Zweig en sus memorias. Se encontró en la calle con un viejo amigo suyo, que iba acompañado por otra persona. Vio cómo su amigo arrastraba a su acompañante hasta un escaparate para darle a él la espalda. Al día siguiente, su amigo le llamó por teléfono para preguntarle si podía ir a su casa. Zweig comprobó que no tenía nada importante que decirle. “enseguida comprendí que, por un lado, quería mantener nuestra amistad, pero por el otro, para no caer en la sospecha de ser amigo de judíos, no deseaba mostrarse demasiado íntimo conmigo en aquella pequeña ciudad.”
Iñaki Gabilondo contó una anécdota calcada de un amigo suyo de Andoain, que se cruzó en la plaza con un amigo que no hizo ademán de reconocerlo. Horas después recibía una llamada suya para disculparse. En la plaza había una persona a la que no quería como testigo de su saludo.
Un pueblo así requiere, más que un buzón, una legión de psicoanalistas, pero eso no está al alcance de la familia Pagaza, que ha hecho lo que ha podido: poner ese buzón en el que dar la oportunidad de explicarse a los vecinos de Joseba. También se comprende la actitud de la alcaldesa, retengan su nombre: Ane Karrere Zabala. Ese buzón la interpela, así como a todos sus votantes, con su carga amenazante de palabras sin firma. De ahí que hayan puesto en marcha la iniciativa que les permita quitar el testigo de su iniquidad.
Lo que pasa es que a veces, la infamia que se enseñorea de pueblos como este es el humus necesario para que crezca solitaria la flor de la dignidad. Un vecino que firma con las iniciales C.G. ha depositado una carta conmovedora en el buzón de Joseba. Se habría conformado con una nota de apoyo a la familia de la víctima. No comprende que una iniciativa como esta pueda molestar a ninguna persona de buena fe. Evidentemente, no es el caso de la minoría que sostiene el Gobierno municipal de Andoain.
Ane Karrere es una sucesora que no desmerece de José Antonio Barandiaran, el alcalde de Andoain aquel 8 de febrero de 2003 en que ETA asesinó a su jefe de la Policía Municipal, sin que a él le pareciera mal. El mal en Andoain cumple la definición canónica de Edsmund Burke: “Para que triunfe el mal basta con que los hombres buenos no hagan nada”. Los concejales del PSE, PNV y PP en Andoain superan a los ediles abertzales. Ahora y cuando asesinaron a Joseba. ¿Qué pensará de todo esto –y del buzón, también del buzón-, el secretario general de Paz y Convivencia que nos puso el lehendakari? Pensará que el buzón es cosa de Correos y esa es una competencia que no tenemos transferida.
SANTIAGO GONZÁLEZ – 02/05/15