EL CORREO – 30/07/14
· El preso de la ‘vía Nanclares’ Ibon Etxezarreta utiliza un permiso para acompañar a la viuda del socialista al que asesinó su comando.
El tradicional acto de recuerdo que los familiares y amigos de Juan Mari Jáuregui realizan cada año en Legorreta para conmemorar el aniversario de su asesinato a manos de ETA tuvo ayer una novedad que puede suponer un punto de inflexión en el final de la violencia en Euskadi. Por primera vez, un condenado por asesinato acudió al homenaje a su víctima, donde además tuvo un papel activo con la colocación de un ramo de flores y el posterior abrazo a la viuda, Maixabel Lasa. El protagonista de esta historia es Ibon Etxezarreta, un preso de la ‘vía Nanclares’ condenado por dos asesinatos que ayer aprovechó un permiso penitenciario para dar «un paso a favor de la convivencia», pedir perdón por su militancia en ETA y reconocer el daño injusto causado.
Ibon Etxezarreta Etxaniz fue condenado a un total de 79 años de prisión por haber participado en los asesinatos del exgobernador civil de Gipuzkoa, el socialista Juan María Jáuregui, el 29 de julio de 2000 en Tolosa, y del director financiero de El Diario Vasco, Santiago Oleaga, el 24 de mayo de 2001 en San Sebastián. Etxezarreta comenzó hace años un proceso de distanciamiento de la dirección de ETA y se acogió a la ‘vía Nanclares’ impulsada por el Gobierno de Zapatero. En 2010 ratificó por escrito a la Administración su rechazo a la violencia y, un año después, ETA lo expulsó de la organización.
El proceso que llevó a Etxezarreta a participar en los dos actos de homenaje que se celebraron ayer en Legorreta y en el monolito de recuerdo a Jáuregui situado en el monte Burnikurutzeta se inició hace cuatro años, cuando el preso remitió una carta a Maixabel Lasa –que entonces era directora de la Oficina de Atención a las Víctimas del Terrorismo del Gobierno Vasco– en la que expresaba su pesar por el sufrimiento que le había provocado. El «arrepentimiento sincero y profundo» demostrado por Etxezarreta fue lo que motivó que el juez de Vigilancia Penitenciaria, José Luis Castro, concediera un primer permiso al recluso el pasado enero. En mayo, Etxezarreta se reunió por primera vez con Maixabel Lasa para pedirle perdón cara a cara, en un encuentro que no había trascendido hasta ayer.
La buena disposición que Etxezarreta encontró en Lasa en aquel encuentro le animó a seguir dando pasos a favor de la convivencia. Ante la cercanía del decimocuarto aniversario del asesinato de Jáuregui, del que Etxezarreta no fue autor material, el preso de la ‘vía Nanclares’ solicitó un nuevo permiso y comunicó a la viuda su intención de acudir a alguno de los actos de homenaje, una propuesta que Lasa aceptó. No estuvo en el acto oficial celebrado en las Juntas Generales de Gipuzkoa, pero sí en los que tuvieron lugar después en Legorreta y en el monte Burnikurutzeta, que está situado entre Legorreta, Beizama y Tolosa. Además, Etxezarreta hizo pública una carta en la que pide perdón a la familia de Jáuregui, reconoce el daño injusto causado y reclama a Sortu que «abandone su silencio» ante ETA.
Trece flores rojas, una blanca
El gesto inédito de que un condenado por asesinato acuda al homenaje a su víctima estuvo además cargado de simbolismo, ya que Maixabel Lasa accedió a que su presencia no fuera testimonial. En el homenaje realizado en el casco urbano de Legorreta, ante una escultura en recuerdo a Jáuregui, Etxezarreta depositó un ramo con 14 claveles, por los 14 años que se cumplían del asesinato. Trece flores eran rojas y una blanca, como metáfora de este primer año en el que uno de los condenados ha decidido dar el paso de asistir al acto. Otro de los tres condenados por el asesinato de Jáuregui, Luis Carrasco, también se ha arrepentido de su pasado y ha llegado a reunirse con Maixabel Lasa, aunque ayer se encontraba recluido en la cárcel alavesa de Zaballa. Centro al que Etxezarreta se reincorporó a las 17.00 horas, tras concluir sus dos días de permiso penitenciario.
Los únicos precedentes similares a lo ocurrido ayer se produjeron el pasado noviembre, cuando tres presos de la ‘vía Nanclares’ tuvieron dos gestos de acercamiento a víctimas de ETA, aunque en aquellos casos los delitos de los reclusos no estaban directamente relacionadas con las víctimas. Carmen Gisasola y Andoni Alza acudieron a un homenaje al ertzaina asesinado Joseba Goikoetxea, mientras que Iñaki Rekarte participó en un seminario en recuerdo del socialista Fernando Buesa.
El Gobierno vasco aplaudió ayer el gesto de Etxezarreta de pedir perdón como un «paso positivo» y reclamó al Ejecutivo de Rajoy que «respalde» la vía Nanclares para favorecer «la plena pacificación y la distensión en el ámbito penitenciario».
EL CORREO – 30/07/14