ABC 04/12/15 – EDITORIAL
· Menospreciar las encuestas es un error, pero también lo es creer que son infalibles. Reflejan un momento cambiante de una realidad sociológica y también hay que considerar que los resultados que arrojan dependen de la muestra elegida y del sesgo de las preguntas.
Dicho esto, la encuesta del CIS es la más completa cuantitativamente de las que se llevan a cabo en España, puesto que se realiza mediante 17.500 entrevistas, un número muy superior al de cualquier otro sondeo de estas características.
Aunque existen algunas diferencias importantes en la intención de voto con la encuesta de Sigma Dos que nuestro periódico publicó el pasado lunes, el trabajo del CIS coincide en evidenciar el final del bipartidismo y apunta también el fuerte crecimiento de Ciudadanos, al que coloca en tercera posición después del PSOE.
Según los datos del CIS, el PP ganaría las elecciones con un 28,6% de los votos, logrando una horquilla entre 125 y 128 escaños. Nuestra encuesta le daba al partido de Génova 27,1% y 10 escaños menos. Con estos números, Mariano Rajoy seguiría necesitando el apoyo de Ciudadanos para formar Gobierno, a lo que Albert Rivera se sigue mostrando muy reacio.
En segundo lugar, aparece el PSOE con un 20,8% y un máximo de 89 escaños, unos resultados mucho peores que los que logró Rubalcaba hace cuatros años y que cuestionarían el futuro político de Pedro Sánchez. En tercer lugar, Ciudadanos lograría un máximo de 66 escaños con un 19% del voto, cuatro puntos menos de los que le otorgaba el sondeo de Sigma Dos. Y en cuarta posición, figuran Podemos y sus diferentes marcas, con unos resultados que les permitirían sumar entre 45 y 49 escaños.
Estos números podrían sufrir todavía importantes variaciones porque el CIS cuantifica en el 41% el porcentaje de encuestados que declara que va a votar, pero que todavía no ha decidido a qué partido. Éste es un dato esencial para valorar la encuesta, ya que las tres primeras formaciones están separadas por un margen menor a 10 puntos en intención de voto. Eso significa que los resultados podrían dar un vuelco que ningún sondeo es capaz de predecir.
Otro hecho muy relevante que contiene la encuesta del CIS es que todavía hay un 11% que duda entre votar a PP y Ciudadanos y un 9% que duda entre PSOE y Ciudadanos. Ello permite deducir que la formación de Albert Rivera podría ampliar de forma muy significativa ese 19% de apoyo que le atribuye esta proyección.
A esto se suma el efecto de la ley D’Hondt, que favorece siempre al partido más votado y penaliza a la tercera fuerza política, sobre todo, en las circunscripciones más pequeñas. Esto confiere un factor de una cierta aleatoriedad al reparto de escaños, que no es proporcional al número de votos obtenido en todo el territorio nacional.
Todo ello nos obliga a la prudencia a la hora de formular hipótesis sobre las posibles coaliciones de gobierno que, al final, serán o no posibles en función de la estricta aritmética de los resultados.
Con todas estas cautelas y a la luz de las decenas de encuestas que se han realizado a lo largo del último mes y medio, podemos concluir que hay dos alianzas que tienen bastantes más posibilidades de gobernar que el resto: la primera sería un Ejecutivo encabezado por el PP con el apoyo de Ciudadanos para investir al presidente del nuevo Gobierno. Y la segunda alternativa sería una coalición entre PSOE, Ciudadanos y alguna otra fuerza política, que sumaría una cifra de diputados cercana a la mayoría absoluta. El resto de las opciones parece mucho menos probable.
En cualquier caso, la encuesta del CIS –como la de Sigma Dos– otorga la llave de la gobernabilidad a Ciudadanos, que es el partido que puede elegir entre pactar con el PP o hacerlo con el PSOE. Eso aumenta la presión sobre Albert Rivera, el líder que más puede ganar si acierta en la campaña que hoy comienza y también el que más puede perder si comete un error que desmovilice a quienes están pensando en votarle. Habrá que esperar al 20-D para despejar las incógnitas.
ABC 04/12/15 – EDITORIAL