ABC – 14/11/15
· «El mundo es un lugar mejor sin él», asegura el Pentágono tras volar en pedazos a Emwazi en Raqqa, la capital de Estado Islámico.
· «Autodefensa» El primer ministro David Cameron compareció ante el número 10 de Downing Street y calificó el ataque de «acto de autodefensa».
Jihadi John era el terrorista más buscado del mundo. Probablemente también el más repulsivo, por su extremada crueldad y sadismo, cuchillo en ristre y con un pasamontañas negro que solo dejaba ver una mirada de furia. Pero su saga de sangre y amenazas yihadistas con acento londinense concluyó el jueves por la noche, cuando un dron estadounidense lo hizo añicos. Algunas fuentes hablan de que la bomba «lo evisceró, casi se evaporó».
Mohammed Emwazi, de 27 años, que llegó a Inglaterra a los seis desde su Kuwait natal, creó un personaje horripilante, Jihadi John. El verdugo estelar de Estado Islámico se dio a conocer en agosto de 2014, con el brutal degollamiento del fotógrafo estadounidense James Foley, un cristiano ejemplar, que confortaba a sus compañeros en los momentos más duros del cautiverio. Aquella fue la primera de una espantosa serie de matanzas grabadas en vídeos de sofisticada técnica. Las imágenes lo convirtieron en el macabro banderín de enganche de «Daesh», que busca jóvenes adeptos valiéndose con habilidad del proselitismo vía redes sociales. Pero Emwazi / Jihadi John ha caído. El jueves, a las 11.51 de la noche, un misil Hellfire disparado desde un dron estadounidense voló el coche por el que circulaba por el centro de Raqqa, la capital del califato salafista.
Enwazi viajaba junto a otros tres militantes relevantes de Daesh, uno de ellos se dice que también inglés. El coche transitaba por la Plaza de la Torre del Reloj de Raqqa, al norte de Siria, célebre como escenario de salvajes ajusticiamientos. El ataque frente a la corte de justicia islámica fue intenso, con catorce explosiones, y duró cerca de una hora, según las primeras informaciones. Tras las reservas iniciales, el coronel Steve Warren, portavoz del Pentágono lo dio por muerto ayer tarde y lo celebró abiertamente: «Ese tipo era un animal. Una celebridad de Estado Islámico. Matarlo convierte al mundo en un lugar mejor».
Cameron compareció ante el Número 10 y calificó el ataque de «acto de autodefensa». Jeremy Corbyn, el nuevo líder radical del laborismo inglés, armó una polvoreda, incluso en sus filas, al afirmar que habría preferido que fuese llevado ante un tribunal. Corbyn venía a condenar así la eliminación del asesino de dos ciudadanos británicos, Alan Henning , un bonachón taxista de Manchester, que hasta sopesaba convertirse al islam por su implicación en los campos de refugiados, y David Haines, un exmilitar que también trabajaba con una organización filantrópica. La hija de Haines expresó «cierto consuelo»: «Al menos ya sabemos que no aparecerá en más vídeos horribles».
Jihadi John no era uno de los dirigentes de EI, pero el golpe para el califato es enorme: lo muestra vulnerable, le resta magnetismo de cara a los jóvenes musulmanes de occidente tentados por la propaganda. Más de muchachos 700 británicos se han enrolado en Daesh, 350 de ellos extremadamente peligrosos. Imbuido de satisfacción por el éxito de sus tropas, John Kerry declaró que «los días de EI están contados».
ABC – 14/11/15