Editorial, EL CORREO, 22/12/11
Rajoy configura un Gobierno moderado con trece ministros de su máxima confianza
El presidente Mariano Rajoy escenificó en la designación de su Gobierno las reglas que presumiblemente marcarán su mandato: fiabilidad y previsibilidad. Marcó los tiempos con un férreo hermetismo inédito que evitó filtraciones y especulaciones como en pasadas ocasiones; se rodea de un núcleo duro de fieles colaboradores curtidos en la larga y penosa travesía hasta La Moncloa y echa mano de profesionales cualificados y experimentados para los malos tiempos y el duro combate contra la crisis y la más que posible conflictividad social. Rajoy ha conformado un Gabinete a su medida con trece personas muy cercanas, claramente orientado a combatir la crisis en clave interna y también en el marco de la Unión Europea. Para la compleja tarea de dirigir la política económica ha escogido, como ya se esperaba, a Luis de Guindos, quien ya fuera secretario de Estado de Economía con Rato en la legislatura 2000-2004, y a Cristóbal Montoro, como titular de Hacienda y Administraciones Públicas. Con ellos, un ministro de Exteriores como José Manuel García-Margallo, curtido en el corazón del Parlamento Europeo con la etiqueta de hombre duro y europeísta que, sin duda, deberá bregar en la tempestad que se abate sobre el euro, y una titular de Empleo como Fátima Báñez, de su máxima confianza y con dotes como negociadora para asumir una cartera muy ingrata ante el drama de los cinco millones de desempleados y la falta de sintonía en la concertación social. La estructura del Gobierno es simple: habrá una sola vicepresidencia, que recae en Soraya Sáenz de Santamaría, quien es además ministra de Presidencia y ostenta la portavocía y en la que recae toda la confianza personal y ejecutiva del presidente. Habrá que delimitar, por tanto, cómo se coordinará el área económica del Gobierno, en la que, además de De Guindos, Montoro y Báñez, figuran Ana Pastor en Fomento, José Manuel Soria en Industria, Arias Cañete en Agricultura y Ana Mato en Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad.
Firmeza y diálogo en Interior
El hombre designado para gestionar la desaparición definitiva de ETA es Jorge Fernández Díaz, miembro del ala más conservadora del PP que ha atemperado su inicial antinacionalismo. El nuevo ministro de Interior, próximo al Opus Dei y de profundas convicciones religiosas, ha acompañado estos años a Rajoy, quien ha destacado de él su firmeza y capacidad de diálogo. La cartera de Defensa será desempeñada por el tecnócrata vasco Pedro Morenés, quien ya fuera secretario de Estado de Defensa con Serra en la primera legislatura de Aznar para desempeñar más adelante el mismo cargo en Interior con Jaime Mayor Oreja. Posteriormente, ha permanecido vinculado al sector privado de la industria militar. El explícito deseo de Ruiz-Gallardón de llegar al Gobierno se ha colmado con su nombramiento como ministro de Justicia. Finalmente, el sociólogo José Ignacio Wert, un liberal independiente, abierto y prestigioso, accede a Educación y Cultura, lo que constituye un presagio de moderación. Solo figuran cuatro mujeres en un Gabinete en el que hay dos independientes -Morenés y Wert-, y no es difícil calificar el tono global del flamante Ejecutivo de moderado y centrista. Ahora le toca al nuevo Gobierno consolidarse lo antes posible para comenzar la ingente tarea pendiente. Horas después de jurar su cargo ante el Rey, Rajoy ofreció una comparecencia sobria, incluso austera, sin abandonar su convencido papel de un señor de Pontevedra que augura un mandato sin grandes alardes ni populismos.
Editorial, EL CORREO, 22/12/11