Un estudiante holandés que estaba aprendiendo español en Alicante en 2003 ha explicado en la Audiencia Nacional el pánico que sintió cuando explotó una de las dos bombas por las que se ha comenzado a juzgar este martes a Jon Joseba Troitiño, sobrino del miembro del «comando Madrid» Antonio Troitiño.
Sentí sangre y pensé: «Tengo que escapar de aquí». Pero no podía moverme», ha dicho. El etarra, que se enfrenta a una petición de 268 años de cárcel por los atentados contra los hoteles Bahía de Alicante y Nadal de Benidorm, que se produjeron el 22 de julio de 2003 y causaron heridas a 14 personas, se ha negado a declarar ante la Sección Primera de la Sala de lo Penal, la misma que dejó en libertad en abril pasado a su tío tras haber cumplido 24 de los 2.746 años de cárcel por los que había sido condenados tras cometer 22 asesinatos.
Testigo de los hechos
En videoconferencia desde Holanda y en su lengua materna, el testigo ha declarado que cuando explotó una de las bombas se encontraba en una academia cercana al hotel Bahía, dando clase de español junto a una profesora y otros siete compañeros. «Todo ocurrió en un minuto o un minuto y medio. De repente se hizo un gran silencio, los bancos estaban volcados, había un montón de polvo y todo el mundo se había marchado –ha relatado–. Y yo me preguntaba: ¿Qué ha pasado, dónde estoy?».
La maestra ha declarado que como consecuencia de la explosión perdió el niño que esperaba, aunque este extremo no llegó a ser acreditado en la instrucción. «Mi primer impulso fue protegerme la barriga y decir a los alumnos que se metieran debajo de la mesa. Como pude logré salir de allí y llegar al hospital pero no recuerdo nada más», ha señalado.
Por su parte, una trabajadora del hotel Nadal ha dicho que poco antes de la explosión se encontró al etarra en la lavandería y éste le aseguró que se había perdido. La gobernanta del establecimiento ha añadido que, tras registrarse, se tomó una consumición y «no dejaba de mirar el edificio».
Identificado un mes antes
También han declarado dos odontólogas y una auxiliar de una clínica dental de Valencia, que confirmaron que Troitiño se sometió a un tratamiento médico en sus instalaciones un mes antes de los atentados. «Vino durante unas cuantas semanas con un nombre que no correspondía», ha indicado una de ellas.
Además, una agente del Cuerpo Nacional de Policía que participó en las labores de inspección de la vivienda en la que se ocultaban los etarras, que ha confirmado que en su interior fueron hallados manuales sobre el manejo de explosivos, folletos con horarios de trenes y mapas de varias ciudades costeras.
Por su parte, una redactora del diario «Levante» ha declarado que, poco antes de las explosiones, se recibió en la redacción una llamada de un comunicante que dijo hablar «en nombre de ETA» y pidió hablar con el «responsable de Política». Tras recibir la alerta puso los hechos en conocimiento de la Guardia Civil.
El Fiscal acusa al sobrino del sanginario terrorista del «comando Madrid» de dos delitos de estragos terroristas (17 años por cada uno), seis asesinatos en grado de tentativa contra miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado (19 años en cada caso) y ocho asesinatos en grado de tentativa (15 años cada uno).
Según explica en su escrito de conclusiones provisionales, Jon Joseba Troitiño y otro miembro de ETA, Asier Eceiza, utilizaron falsas identidades para reservar dos habitaciones, una en el hotel alicantino Bahía y otra en el hotel Nadal de Benidorm. Después, Trotiño colocó en cada una de ellas un artefacto explosivo con la «intención de causar el mayor número posible de víctimas», según el relato de hechos presentado por el fiscal. Una hora antes del momento previsto para las explosiones, realizaron llamadas de aviso a los diarios «Gara» y «Levante».
ABC, 1/6/2011