ABC 23/05/2013
· Ciganda abandona la prisión al igual que Juan Apeztegia, jefe de una red de chantaje.
El pistolero del sanguinario «comando Eibar» Jesús María Ciganda Sarratea quedó ayer en libertad tras haber cumplido 23 de los 566 años a los que le condenó la Audiencia Nacional por su implicación en siete asesinatos, entre otros crímenes.
El terrorista abandonó la cárcel de Jaén sin haberse arrepentido de sus muchas fechorías, al menos públicamente, pero también sin que ETA haya logrado ninguno de sus objetivos. Antes al contrario, mientras él todavía purgaba penas, la banda se vio forzada en octubre de 2011 a anunciar el cese definitivo de la violencia para camuflar su derrota policial. El juez Santiago Pedraz comunicó ayer a la cárcel de Jaén la excarcelación inmediata del etarra, con el argumento de que su licenciamiento definitivo se produjo el 9 de marzo de 2011. Permanecía en prisión por aplicación de la «doctrina Parot»
La generación más cruel
Jesús María Ciganda representa al pistolero etarra de los «años de plomo», adiestrado para liquidar al adversario sin piedad. Y, de no haber sido por la oportuna operación de la Guardia Civil, que lo arrestó en abril de 1989, su historial de sangre y fuego habría sido, sin duda, tan extenso como el de otros asesinos de su generación. Por ejemplo, Ignacio de Juana Chaos; los hermanos Antonio y Domingo Troitiño; José Antonio López Ruiz, «Kubati»; Jesús María Zabarte, «Carnicero de Mondragón»; Henri Parot o la mismísina Inés del Río Prada.
Ciganda y el resto de los integrantes del «comando Eibar» aprovecharon la tregua táctica anunciada con motivo de las conversaciones de Argel para reorganizarse, tal y como pudieron comprobar los miembros de la Benemérita que les habían sometido a estrecha vigilancia. En el momento de su arresto los etarras dispararon contra los agentes, que no resultaron alcanzados porque al final las pistolas se escasquillaron.
La Audiencia Nacional le condenó a 566 años de cárcel por su implicación en siete asesinatos.
ABC 23/05/2013