IGNACIO MARCO-GARDOQUI-EL CORREO

Un fantasma recorre el mundo… Parafraseando el Manifiesto Comunista, que se refería solo a Europa, podríamos decir que, hoy en día, ese fantasma es el repunte de la inflación, que amenaza la recuperación postpandemia, pone en riesgo la estabilidad de las empresas al provocar una grave subida de costes, erosiona el poder de compra de los ciudadanos, penaliza gravemente al ahorro y tensionará los tipos de interés del dinero. Enfrentado a todas las previsiones y en apoyo de todos los temores, el Índice de Precios al Consumo se ha ido al 5,5%, cerrando, de momento, ocho meses de subidas constantes registrados en 2021, lo que supone su nivel más elevado en 29 años. Nada menos. El responsable del desaguisado está bien identificado y no es otro que la electricidad, ‘ayudada’ por el gas.

Son muchos e importantes los que llevan todo el año asegurando que esto de la inflación es un fenómeno incómodo, pero pasajero. De momento se equivocan y a los futuros del gas y de la electricidad les pasa como al volcán de La Palma y no parecen dispuestos a dejar de causar destrozos, al fijar precios elevados durante, al menos, seis meses. Como la inflación viene derivada de la elevación de costes, fundamentalmente energéticos y de materias primas, el problema se traslada rápidamente a los precios de toda la cadena de producción hasta llegar al consumidor. De momento la inflación subyacente, el 1,4%, demuestra que el traslado desde los costes está incompleto, pero la supervivencia de las empresas industriales exige una recomposición de los márgenes que solo puede llegar tras una elevación de los precios.

De tal manera que si es posible que el arrebato de la inflación sea temporal, es seguro que no ha alcanzado la cúspide. Como lo es que solo será temporal si las subidas de precios de la energía son también, y con carácter previo, temporales. Una mirada a los futuros no permite albergar grandes esperanzas al menos para el primer semestre del año próximo.

De momento se producen dos efectos. Las negociaciones salariales de los próximos convenios van a ser durísimas. Venimos de años de inflaciones muy bajas y reclamaciones moderadas. Ahora tendremos inflaciones elevadas y reclamaciones exigentes. Por otro lado, se potencian las tensiones en los tipos de interés. ¿Durante cuántos meses se puede mantener una situación de tipos cero con inflaciones superiores al 5%, que van a crecer en los próximos meses? ¿Quién va a estar dispuesto a ahorrar en este escenario?