Seis países destacados de Europa (Alemania, Francia, Italia, España, Polonia y Austria) han convenido en elaborar un sondeo sobre los asuntos que son de interés para la Unión Europea en general y para esos países en particular. Euroskopia se llama  y trata mayormente cuestiones políticas, económicas y sanitarias.

Nuestro Sánchez viene a quedar en todo bastante malparado, como él mismo en sus intentos de aproximarse a Biden, en su viaje a EEUU o como Cagancho en Almagro en aquella legendaria tarde de 1927. Así pues, mientras nos llegan hechos que cuantifiquen los éxitos de sus contactos norteamericanos, aceptaremos como buenos los sondeos. No acabo de ver yo que los fondos de inversión entrevistados , ‘fondos buitre’  les llama su viceyolanda, que se ha interesado por saber si el presidente les ha hablado de lo que les va a costar en términos de impuestos alternar con nosotros en términos de invertir.

Es un dato significativo que los españoles otorgan a su presidente la puntuación más baja de entre los líderes de esos seis países. Es el único que no aprueba, con 4,26. Angela Merkel obtiene un notable de los encuestados españoles, 7,42; Macron, 6,23; Draghi, 6,15; Mark Rutte, el simpático premier holandés de la bicicleta, 5,27; el austriaco Sebastian Kurz, 5,17 puntos y el polaco Morawiecki, con un aprobado raspado: 5,02.

Así las cosas es fácil comprender la estrategia mangaanchista que impuso la ministra Celaá como criterio para permitir pasar de curso a los estudiantes más zoquetes, con más asignaturas colgadas. Ha sido clamoroso el caso registrado la semana pasada en un instituto de Sevilla, en el que se han aprobado de golpe ocho asignaturas suspendidas a un alumno que ni siquiera iba a clase. Bastó la protesta de una madre bragada, para que los profesores se envainasen convenientemente su severidad. Después de todo, ¿quién es capaz de asegurar que este zagal no va remontando una carrera curso a curso, plagia una tesis y se convierte en un doctor Sánchez? Y si no es capaz de remontar los cursos y lo echan en primero por haber agotado todas las convocatorias, ¿quién dice que cualquier presidente no lo nombra cualquier día ministro de Cultura como el doctor Sánchez a Miquel Iceta?

También es mal valorado por su gestión económica y por la pandemia. ¿Cómo no vamos a tener la opinión de nuestros dirigentes, cuando ese detritus que se llama Fernando Simón pasó de afirmar que las vacunas no eran necesarias a reconocer que lo había dicho porque no habían sido capaces de comprarlas, de amparar todas sus trapacerías en el dictamen de los expertos a reconocer que dichos expertos no existían?

La encuesta tiene algo de consolador, un público que tiene tan mala opinión de sus gobernantes tiende a cambiarlos cuando se le presenta la oportunidad. Pero, ¿tienen oportunidad los partidos condenados a cien años de soledad sobre la tierra? Qué puede esperar el PP si la abstención de los suyos en Ceuta ha permitido la declaración de Santiago Abascal como persona non grata en la ciudad autónoma? Todas las encuestas señalan que el PP necesita el apoyo de Vox para sacar de la Moncloa a esta nulidad. Solo Cayetana ha ejercido como la portavoz natural de los populares: “inadmisible”. Andrea Levy, virgensanta, sostiene una cosa y su contraria. Y Casado calla, que es lo suyo.