SANTIAGO GONZÁLEZ – EL MUNDO – 16/11/16
· Gara, que es la voz de la izquierda abertzale en este mundo, daba noticia ayer de la detención de seis de los montoneros que participaron en el ataque masivo de un número impreciso de agresores contra dos guardias civiles libres de servicio que se encontraban tomando copas con sus parejas. «La trifulca de Altsasu es usada por la Guardia Civil y AN para sumar seis presos más», decía el titular de portada a cuatro columnas.
No había razones para esperar otra actitud. Pero quizá sí de otros medios y otra gente. La buena gente de Alsasua se manifestó contra la detención de los dos primeros detenidos, que fueron puestos en libertad con cargos. La Junta de Portavoces del Ayuntamiento, con el voto del PSN, condenó los hechos al tiempo que expresaba su «preocupación y malestar por la masiva presencia de la Guardia Civil».
La presidenta Uxue Barkos, que subvenciona generosamente Ahotsa, una publicación contra la Guardia Civil, expresó su «rotunda condena», mientras calificaba de «lamentable» la petición de su oposición de que tomara medidas contra Bildu por no haber condenado la agresión, «una manera de volver a tiempos pasados», dijo seráficamente. La paliza a los guardias y sus acompañantes debe de ser abrir los tiempos del futuro.
Los medios públicos vascos han organizado debates surrealistas en los que tertulianos legos en casi todo se remangan para descalificar jurídicamente a la juez Carmen Lamela. Hay gente que sostiene muy seriamente que «la trifulca» se produjo porque los dos agentes de la Guardia Civil provocaron a la muchedumbre. Es lo que suele pasar: en un ambientazo como el de Alsasua, los guardias querían impresionar a sus novias y se pusieron farrucos con tres o cuatro docenas de abertzales, que estaban hasta las trancas, as usual, de odio y kalimotxo.
Ah, los acrónimos cercanos: ETA, ETB, ETC. El primer director del ingenio, Luis Alberto Aranberri (Amatiño), lo definió en sus orígenes en los mismos términos antinstitucionales en que se sigue manifestando hoy: «ETB es un proyecto abertzale, impulsado por abertzales, tras una lucha abertzale. ETA sabe que ésta es su televisión. Lo demuestra el trato preferente que nos dan en el otro lado de los Pirineos y en las cárceles, para conseguir información».
Así está el tema, siempre en la calculada ambigüedad que permite al nacionalismo navegar entre dos aguas, mientras instituciones por él regidas trabajan para el proyecto batasuno: rechazar el pacto de gobierno con Bildu que venía manejando como señuelo después de unas declaraciones de Arnaldo Otegi en las que éste acusó a la Ertzaintza de haber matado, como ETA, el GAL, el BVE, la Guardia Civil y la Policía Nacional.
La negociación para el Gobierno de Urkullu la va a desarrollar con el PSE. No hay sin embargo el menor asomo de ruptura en Navarra, donde Uxue Barkos ejerce la Presidencia mediante un pacto cuatripartito con Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra, ni que vayan a privar a Bildu de la Alcaldía de Pamplona, en la que está apoyada por Geroa Bai, Aranzadi e Izquierda-Ezkerra.
SANTIAGO GONZÁLEZ – EL MUNDO – 16/11/16