- miércoles, 1 diciembre 2021
Había algo suavemente reconfortante en el asunto que se trató ayer en el pleno del Congreso: la proposición de Ciudadanos para prohibir las kermeses escasamente heroicas de la tropa batasuna, o EH Bildu, que viene a ser lo mismo. Reconfortante era ver a la oposición, PP, Vox y Ciudadanos, además de UPN y Foro Asturias, que se perfilaban para votar unidos en favor de la proposición del grupo naranja. Suavemente porque la chusma que integran el partido de Sánchez y sus socios (Podemos, EH Bildu, ERC, etc.) también votarán unidos y tumbarán la proposición y esto va a diluir los efectos positivos de la propuesta.
Entre los cómplices del Gobierno ayer le tocó el turno a la portavoz adjunta en el Congreso, Sofía Castañón que se mostraba muy contenta en rueda de prensa con la petición del EPPK (colectivo de presos políticos vascos) que había pedido a sus allegados que no insistieran más por la vía de los ongi-etorris y calificó la monserga como una muestra más de los avances hacia la convivencia y citó como una adelantada a Mertxe Aizpurua, que se había adelantado a los presos con posiciones muy parecidas.
Pero lo que sí es un camino de convivencia es el trabajo de algunas personas que habían mantenido una existencia discreta hasta ahora. Ayer tuvimos ocasión de comprobar que en las menguadas escuadras de Ciudadanos ha nacido una estrella. Se llama Guillermo Díaz, es diputado por Málaga y volvió a brillar con una intervención magistral, después de haber sometido a Odón Elorza a una humillación dialéctica y conceptual extraordinaria la semana pasada. Dijo ayer que a lo largo del año pasado se registraron 192 homenajes a los terroristas excarcelados que volvían a sus pueblos y eran recibidos con mucha algazara por la peña abertzale. Eso que todo el mundo llama ‘ongi-etorris’ con un sintagma de felpudo, y que solía tener como agasajos principales aurreskus, fuegos artificiales, flores, paseíllo de honor y acompañamiento hasta la Herriko Taberna del pueblo para celebrar el hecho.
Hay 26 cargos de Bildu condenados por terrorismo, y los de la clase de tropa ni se cuentan. A veces se hacen comparaciones no muy exactas sobre los apoyos que los terroristas reciben de los distintos nacionalismos. Por mor de distinguirlos yo acostumbré a llamar nacionalistas incruentos a los herederos de Sabino, aunque en realidad quizá fuese más propio establecer el distingo con un viejo chiste sobre la manera de colaborar de las gallinas y el cerdo en una tortilla de jamón: la gallina colabora; el cerdo se compromete.
Guillermo Díaz viene destacando en sus intervenciones parlamentarias por su rigor conceptual y su eficacia. Él acuñó en uno de sus discursos una apreciación difícilmente objetable: “Todas las esencias del odio en la política española están relacionadas con el nacionalismo”. Es lo que François Mitterrand había sintetizado en su famoso eslogan: ‘Le nationalisme, c’est la guerre”.
Hacer homenajes a las víctimas es utilizarlas políticamente. Crean la apología del franquismo mientras eliminan la apología del terrorismo. Frente a esto, ha levantado Ciudadanos esta proposición de ley, cuyo objetivo es oponerse a la lobotomía moral a la que el Gobierno y sus aliados pretenden someter a la sociedad española. El PSOE votará no y ya nadie podrá llamarse a engaño. Esto es el sanchismo.