Soy consciente de que hablamos mucho del asunto de las pensiones, pero hay buenas razones para hacerlo. Es uno de los temas más importantes de la vida social y económica, y luego porque hablamos mucho pero no arreglamos nada. Cuando están en la oposición, nuestros dirigentes se dedican a plantear escenarios apocalípticos y a acusar al Gobierno de que no hace nada y cuando gobiernan se afanan en presentar soluciones irreales y tranquilizadoras que, básicamente, consisten en lanzar patadas a seguir para que corra la delantera como si jugaran al rugby.

En resumen es un ‘megaproblema’ que nunca se resuelve porque nunca se afronta desde la fría realidad de las cifras y la asepsia de los cálculos actuariales, sino de las conveniencias partidistas, siempre apuradas por las urgencias electorales.

Hoy es el Banco de España quien se encarga de hacer sonar el despertador y recordarlo. En su informe publicado ayer, uno más, recuerda que España se sitúa por encima de la media en porcentaje de gasto en pensiones sobre PIB en la UE y es el séptimo país en gasto total, a pesar de que el sistema protege a menos personas que la media. Eso se refiere al presente, que más o menos era ya conocido.

El problema se agrava cuando mira al futuro y concluye que el desequilibrio va a empeorar «notablemente» en las próximas tres décadas, según las cohortes del ‘baby boom’ abandonen la cotización y comiencen a recibir la prestación. Y ataca a nuestra esperanza cuando asegura que aunque alcancemos cifras de paro similares a las europeas, solo podríamos colmar el 40% del agujero, lo cual habla mucho y bien de la generosidad de nuestro sistema de pensiones, por más que a muchos les parezca insuficiente.

En 2019 gastamos en ellas el equivalente al 12,7% del PIB. Es decir, 2,3 puntos porcentuales más que la media y tan solo superados por Finlandia Portugal, Austria, Francia, Italia y Grecia, un país encantador que nos sirve para todo, menos para utilizarlo como modelo. ¿Hemos hecho algo para arreglar el problema? Si, lo más fácil, que es actualizar las pensiones con el IPC (¡vaya año hemos escogido para ello!) y lo menos aconsejable, que es castigar al empleo (¡con estas cifras de paro!) al aumentar las cotizaciones. Tenemos que esforzarnos más…