Santiago González-El Mundo
EL PASADO lunes entrevistaban en ‘Las mañanas de Cuatro’ a un diputado de Ciudadanos, Fernando de Páramo, opinador habitual de la cuadrilla. El periodista Ruiz le hizo una objeción: no entendía reglamentariamente el planteamiento de Cs al pretender que Sánchez pacte un candidato nuevo para la moción de censura: ni se puede poner un candidato nuevo ni el presidente realmente existente puede disolver las cámaras cuando se está tramitando una moción de censura. Su objeción no debía ser reglamentaria, sino constitucional. Lo establece así el artículo 115.2 de la CE: «La propuesta de disolución no podrá presentarse cuando esté en trámite una moción de censura».
Y entonces va el diputado constitucionalista, y agarra, y coge, y va, y dice: «si hubiera una voluntad de convocar elecciones por parte de Mariano Rajoy, decaería automáticamente esa moción de censura». Que no, le decía el periodista, que no se puede disolver y ahí el ‘naranjito’ remató con rebuzno espectacular: «estamos entrando en la burocracia del registro del Congreso de los Diputados», a lo que el periodista asintió: «Tiene usted razón».
Se amontonan las mociones. Ayer, Pablo anunció la suya si fracasa la de Pedro. A mediodía, Toni Cantó había mostrado en la Cuatro su interés en presentar la de Cs. Hay veces que hasta Javier Ruiz hace las preguntas atinadas: «¿quién iba a apoyar esa moción, dígame tres nombres’», (tres diputados que necesitan para alcanzar el 10%), tal como prescribe eso que Ciudadanos y el periodista Ruiz consideran burocracia y que es la CE en su artículo 113.2: «La moción de censura deberá ser propuesta al menos por la décima parte de los diputados, y habrá de incluir un candidato a la Presidencia del Gobierno».
En eso tenía razón, pero no tiene de donde sacarlos, salvo de los que él mismo había descalificado previamente. Sánchez no puede: ni legalmente (art. 113.4 de ese reglamento que algunos llamamos Constitución) ni por su carácter.
Llegaremos a la paradoja que propone el trino de Joao Cunha, que por algo es portugués: «de moción en moción, Rajoy nunca llegará a estar habilitado para convocar elecciones». Siempre va a tener alguna moción de censura en trámite.