Los datos proporcionados ayer por Elkargi son un soplo de esperanza en este complejo inicio del año. No solo porque pinta un panorama muy aceptable de la evolución de las inversiones, sino porque la visión que tiene sobre la realidad de la industria vasca es siempre muy certera, ya que su punto de observación está muy cercano al terreno. Según aseguran, la solicitud por parte de las empresas de préstamos, para crecer y/o modernizarse, continúa a buen ritmo y aunque la situación no está para echar cohetes es más que aceptable y, desde luego, no contemplan ningún desplome de la misma.
Este dinamismo industrial nos es necesario como la lluvia de mayo. Un buen nivel de inversiones es una garantía de futuro pues constituye una de las dos patas fundamentales que sostienen todo el edificio económico. Solo habrá crecimiento y solo generaremos empleo, es decir solo habrá futuro, si somos buenos haciendo lo que hacemos. Y buenos quiere decir que debemos ser tan buenos al menos como los demás en una carrera permanente que carece de línea de meta. La otra es la formación de los trabajadores, cuya mejora nunca será suficiente dado los retos a los que nos enfrentamos en un mundo tan globalizado.
Es cierto que la subida de los tipos de interés es reciente y no habrá provocado aún todos sus efectos negativos al encarecer el proceso de endeudamiento. Y también lo es que las señales que emiten los organismos reguladores apuntan, sin contemplaciones, a nuevas y próximas subidas, pero de momento la cosa pinta bien. Lo cual provoca cierta sorpresa, pero muy positiva.
Hace solo unos pocos días comentaba los datos del INE para los tres primeros trimestres del año que mostraban una formación bruta de capital, la inversión productiva, de 126.000 millones de euros, lo que supone ¡un 5% menos que en el ejercicio anterior! Claro que los datos del INE reflejan la evolución del conjunto de España y el ámbito de actuación de Elkargi es principalmente el País Vasco y sus áreas de influencia.
¿Cuál puede ser la razón de este dispar comportamiento? Pues no estoy seguro, pero es evidente que habrá influido el mayor peso de la industria entre nosotros -eso viene del pasado- y el mayor dinamismo de nuestras empresas, que se enfrentan a un panorama de ventas más internacionalizado, y eso es bueno para el futuro.
Solo nos queda aguantar el próximo tirón de los tipos de interés y seguir mirando hacia el futuro, que es lugar donde se jugará el partido de nuestro bienestar.