Una silla para cuatro

JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 30/03/16

· Si fueran sinceros, dejarían de perder el tiempo y convocarían ya nuevas elecciones, para que decidamos qué queremos hoy.

El partido de las últimas elecciones ha llegado a la tanda de penaltis. El 20 de diciembre no hubo claro ganador. Se jugó la prórroga, y tampoco, seguía el empate. Así que empiezan los penaltis, con balonazos en todas las direcciones. Sánchez ha logrado parar el de Susana Díaz, posponiendo el Congreso de su partido hasta que se elija presidente, que espera ser él, del brazo de Rivera. Le queda todavía el penalti de Pablo Iglesias, con el que se reunirá hoy para tratar de convencerle de que se abstenga en la segunda votación, lo que le daría el cargo. ¿Lo conseguirá? Nadie lo sabe, aunque la cosa tiene mala pinta por dos razones.

La primera, que Iglesias le exige romper con Rivera. La segunda, que el líder de Podemos no se contenta con ser un espectador en el nuevo gobierno, quiere ser un sujeto activo. E importante. Lo viene diciendo desde que empezó la crisis y contentarse con menos le haría perder puntos ante los suyos. Pero también él tiene problemas internos. En Podemos hay gentes de todos los pelajes y algunos se inclinan por una actitud más conciliadora. Como su número tres, Sergio Pascual, al que tuvo que despedir por ello. Lo que no gustó nada al número dos, Errejón, que se ha pasado una semana enfurruñado en casa, pero al salir ha dicho que siguen tan amigos. ¿Cosas de chiquillos? Lo sabremos cuando termine la reunión Sánchez-Iglesias. Si este sigue en sus trece, ha ganado la batalla interna. Si cede, está más tocado de lo que parece. Él y su partido. Pues si Podemos no puede prescindir de Errejón, menos todavía puede prescindir de Iglesias.

Algo parecido le ocurre a Sánchez. Si prescinde de Iglesias, se queda sin los votos necesarios para ser presidente. Si prescinde de Rivera, se queda ante su Comité Federal sin la coartada de no haberse rendido a Podemos. Tampoco Rivera está tranquilo. Aunque Sánchez le asegura que el pacto entre ellos se mantiene, sabe que a nada que se descuide le deja plantado con Podemos. De ahí que insista en que Ciudadanos puede e incluso quiere pactar con Sánchez y con Rajoy. ¿Y Rajoy que hace a todo ello? Pues repetir su idea inicial, de «gran coalición», a la que puede unirse Ciudadanos. Aunque sabe que es la que menos opciones tiene.

Esto se está pareciendo demasiado a aquella escena de «Evita» en la que cinco militares se disputan cuatro sillas, por lo que uno siempre se queda sin sentarse. Con la diferencia de que aquí hay sólo una silla, la de la presidencia.

Si fueran sinceros, dejarían de perder el tiempo y convocarían ya nuevas elecciones, para que los españoles decidamos qué queremos hoy, tras la pachanga que han montado. Pero me temo que tengan tanto miedo a unas nuevas elecciones que aguantarán hasta el último día y hasta lleguen a un acuerdo para no perder el escaño, aunque se odien y sepan que no podrán gobernar.

JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 30/03/16