Una treintena de etarras sin causas ya tienen luz verde para regresar a España

ABC 24/06/13

· Tras informarse en los consulados, muchos deciden no volver por tener su vida resuelta.

· Sin impunidad Aunque no tengan causas pendientes, se les detendría si aparecieran ahora pruebas contra ellos.

Más de una treintena de antiguos etarras, cuyas causas con la Justicia ya han prescrito o se saldaron en su día, han sido informados por las autoridades consulares de que pueden regresar a España en el momento en que lo consideren oportuno, aunque la mayoría de ellos han optado, de momento, por permanecer en los países donde residen actualmente porque tienen allí su vida laboral o familiar resuelta. El número podría ascender en los próximos meses, pero según los medios consultados «sería más un goteo incesante que una afluencia masiva».

El regreso a España como fruto de una decisión personal ha constituido durante décadas para los etarras una línea roja que los cabecillas de la banda prohibían traspasar. El caso más dramático lo protagonizó María Dolores González Katarain, «Yoyes», asesinada a manos de sus antiguos compañeros como represalia por haber regularizado su situación para volver al País Vasco. Pero la derrota policial ha forzado a ETA no solo a anunciar el cese definitivo de la violencia, sino también a permitir la vuelta de aquellos militantes que así lo deseen por el simple hecho de que ya no los puede controlar ni mantener.

Gestiones discretas

Lo cierto es que desde hace aproximadamente año y medio etarras dispersados por diferentes países, sobre todo en América, pero también en África y Europa, han comenzado a realizar gestiones ante los consulados de España para informarse sobre su actual situación y saber de esta manera si tienen alguna causa pendiente. Según las fuentes de la lucha antiterrorista consultadas por ABC, el número de etarras que han regularizado su situación a fecha de hoy supera los treinta. Sin embargo, la mayoría de ellos permanecen en los países en los que venían residiendo. Tienen su trabajo e incluso sus negocios, a veces prósperos, como en Francia, Uruguay, Venezuela y, en algún caso, hasta en Cuba — Txutxo Abrisketa—, y no parecen muy dispuestos a volver a su Euskal Herrria en plena crisis económica.

Pero con su gestión ante el consulado saben que podrían regresar o, en todo caso, viajar a sus lugares de origen de vacaciones o para visitar a sus familiares. Entre los «refugiados» que en su día decidieron regresar a España, tras saldar sus cuentas con la Justicia gala, figura el excabecilla Faustino Estanislao Villanueva Herrera, «Txapu».

Los trámites no son complicados. El etarra en cuestión se pone en contacto con el consulado español más cercano, que le da cita. Tras consultar con la Policía Nacional y la Guardia Civil, el representante diplomático le informa de su situación. En caso de que no esté reclamado, se le facilita un pasaporte, si así lo pide, que le permite viajar a España. Si tiene causas pendientes, se le comunica que cuando ponga pie en territorio español los agentes procederán a su detención y puesta a disposición judicial.

Según los agentes de la lucha antiterrista consultados por ABC, son más los exmiembros de la banda distribuidos por el extranjero que podrían regresar porque a día de hoy no están reclamados. Pero podría ocurrir que investigaciones que actualmente tienen abiertas la Policía y la Guardia Civil para resolver atentados aún sin esclarecer impliquen a algunos de estos etarras. Su situación entonces cambiaría radicalmente, porque para las Fuerzas de Seguridad no hay espacios de impunidad.

Este criterio, según los mismos medios, se aplica a los pretendidos «huidos» de ETA que se exhibieron el pasado fin de semana en Biarritz. Salvo alguna excepción, sobre ellos no pesa orden de busca y captura. Por ello pudieron acudir al acto. Otra cosa es que de las actuales investigaciones abiertas surjan nuevas pruebas que incriminen a algunos de ellos.

Ni «huidos» ni «refugiados»

No se trataba, pues, de «huidos», ni mucho menos de «refugiados», porque la práctica totalidad de los que acudieron al acto pueden instalarse en España. Pero no lo hacen porque ya tienen su vida resuelta en Francia. Alguno de ellos, sin embargo, como el propio Eloy Uriarte, «Señor Robles», antiguo «tesorero» de ETA en los «años de plomo», Manuel Azkárate o Francisco Arín Bastarrika, se han dejado ver por tierras vizcaínas y guipuzcoanas porque ya cumplieron en Francia las penas que les impusieron.

 

El fracaso del acto de Biarritz

El acto de Biarritz, organizado por la izquierda abertzale, no fue precisamente un éxito, ya que al mismo no acudieron los auténticos huidos de la banda terrorista: «Josu Ternera», David Pla, Iratxe Sorzabal y otros etarras que figuran en la lista de los más buscados.

De todas formas, muchos de los exetarras que no tienen causas pendientes declinaron participar en el tenderete propagandístico de Biarritz. Los organizadores esperaban varias decenas, pero al final no llegaron a los quince. Sortu pinchó en Biarritz. Actualmente puede haber en Francia entre 200 y 300 exetarras que no están reclamados porque ya saldaron sus penas o prescribieron sus delitos. Muchos de ellos consideran que ETA-Batasuna los tuvo abandonados a su suerte durante muchos años y ahora los quieren instrumentalizar.

Si no hubo arrestos tras el acto fue porque «no se les podía detener», aseguran los agentes consultados, molestos porque «a estas alturas se ponga en duda la estrecha colaboración antiterrorista con Francia y se transmita la idea de que se reactiva el santuario francés».

ABC 24/06/13