Editorial, EL CORREO, 8/5/12
El lehendakari López, con un Gobierno en minoría, está prácticamente obligado a anunciar el adelanto electoral para otoño
Las declaraciones de Antonio Basagoiti en Punto Radio, dando por agotado el compromiso que vinculaba a su partido con el PSE-EE para sostener al Gobierno de Patxi López y demandando un adelanto electoral, y las manifestaciones de Iñigo Urkullu, emplazando al lehendakari a que se someta a una ‘cuestión de confianza’ parlamentaria, no dejan más que una salida: el anuncio previo de que los comicios autonómicos serán convocados para el próximo otoño. La proximidad del período estival así lo aconsejaría, a no ser que López opte por disolver hoy mismo la Cámara vasca. El propio Basagoiti sugirió ayer que lo más adecuado sería que la fecha electoral fuese contrastada por el lehendakari con el PP y el PNV. Pero independientemente de cómo lleve a cabo su decisión, e incluso del margen de tiempo que se dé para fijar la cita de las autonómicas, hay tres cuestiones que el lehendakari debería tener en cuenta: que desde hace meses buena parte de la opinión pública percibe su mandato como un período finiquitado, que de poco sirve a los socialistas imputar a los populares la responsabilidad de poner fin a un pacto agotado, y que a partir de ahora el tiempo de descuento será más de desgaste que de oportunidad para él y su partido. A no ser que sea capaz de brindar a los problemas de la sociedad vasca -especialmente al de la crisis y el desempleo- soluciones que gocen de la anuencia de una amplia mayoría política. Algo tan improbable como que el Gobierno vasco no está en condiciones de presentar y tramitar parlamentariamente un proyecto de presupuestos para 2013, lo que moral y políticamente le obligaría a trasladar a la ciudadanía la oportunidad de renovar el Parlamento. El anuncio de que los comicios autonómicos tendrán lugar a la vuelta de las vacaciones del verano sumiría a la política vasca en una precampaña excesivamente prolongada para momentos que requieren la máxima actividad institucional al menor coste de confrontación partidaria. Pero el eventual enrocamiento de López y su partido en la simulación de que la legislatura continuará hasta marzo generaría un clima político aun más estéril y pernicioso. Es fundamental que las decisiones políticas que se adopten en lo inmediato contribuyan a realzar la dignidad de las instituciones y la normalidad democrática como requisito primordial para afrontar con eficacia las graves vicisitudes económicas y de cohesión social.
Editorial, EL CORREO, 8/5/12