«Won’t you tell me why I work so hard for you? I work to give you money». George Michael.
La propaganda con la que se han presentado los Presupuestos es directamente proporcional a la falsedad de sus cuentas.
Lo que no dice Sánchez de los Presupuestos es que dejará un agujero fiscal estructural de más de 55.000 millones anuales al final de la legislatura. Sánchez y Podemos repiten sin parar que en esta crisis se están haciendo políticas diferentes y mienten. Hacen exactamente lo mismo: endeudarse y aumentar gasto insostenible. Y las consecuencias posteriores serán enormes.
En su presentación dan tres claves:
«La ciudadanía, primero». Pero han dejado atrás a los contribuyentes subiendo impuestos; a los consumidores con la luz, el gas y la inflación desbocados; a las empresas, con más de 100.000 sociedades destruidas; y a los autónomos, a los que van a crujir a impuestos.
“Transformación económica». La única transformación de estos Presupuestos es desbocar el gasto público corriente y subir los impuestos, es decir, avanzar en una política económica extractiva y confiscatoria donde familias y empresas están al servicio de los burócratas y no al revés.
Todos los factores de crecimiento que citan son puramente coyunturales. No hay ningún factor estructural.
«Responsabilidad fiscal». Esto sí que es una broma. Entre 2019 y 2023 España quedará con más de 350.000 millones más de deuda para un aumento de PIB y empleo míseros. Según Focus Economics el Gobierno de Sánchez aumentará la deuda entre 2019 y 2023 en esa cifra para un aumento de tasa de paro del 0,5% y un mísero aumento de PIB de 96.000 millones. Y eso con todos los vientos de cola.
Hablar de «recuperación justa» es simplemente mentir. Lo que están haciendo es hipotecar masivamente a todos los españoles para mantener gasto corriente político y factores de coalición gubernamental.
Hablar de ‘recuperación justa’ es simplemente mentir. Lo único que están haciendo es hipotecar masivamente a todos los españoles
No puedo entender cómo el BCE y la Comisión Europea mantienen el blanqueo de esta irresponsabilidad que pone en peligro la solvencia de España y daña la de Europa.
Los Presupuestos nacen muertos porque el cuadro macro que los soporta está ya invalidado. El INE ha desmontado las previsiones del Gobierno y, sin embargo, se mantienen unas estimaciones de ciencia ficción. Se hace con los ingresos y el pilar de soporte, las expectativas, prácticamente imposibles, y con ello la consecución de la más mínima consolidación fiscal.
El Gobierno estima un aumento de las exportaciones del 20% en dos años, de la inversión del 19,3%, del consumo del 13%… Vamos, un vergel de una recuperación jamás vista y que no se ha dado en más de un año de rebote. Recordemos que llevamos tres meses con la producción industrial cayendo, que los salarios han caído en los primeros seis meses y el PIB solo ha rebotado un 0,4%.
Las líneas generales que atraviesan los PGE se pueden resumir en dos palabras: «despilfarro» y «compra de votos». Sus 12.550 millones dirigidos a los «jóvenes» (incluyendo ayuda directa de 250 euros para el acceso a la vivienda y bono joven cultural de 400 euros) son un engaño.
Condenar a los jóvenes al paro disparando los costes de contratación y subir los jóvenes al paro disparando los costes de contratación y subir los impuestos a sus padres no tiene nada de progresista
13.200 millones a la investigación estarían muy bien si estuvieran ligados a conseguir patentes y crear empresas. El riesgo de utilizarlo mal es enorme.
Para disfrazar las cuentas más ruinosas de la Unión Europea incluyen en los ingresos por Fondos Europeos de 27.633 millones, que disparan la inversión hasta los 40.000 millones. Seguimos sin saber a qué proyectos se van a destinar y con qué rentabilidad económica real. En cualquier caso, no tiene nada que ver con el problema estructural fiscal.
A los únicos que fingen cuidar, que es a funcionarios y pensionistas, les reservan una reducción de salarios y pensiones reales. A los funcionarios, una subida del 2%, muy por debajo de la inflación y encima insostenible, que llevará a fuertes recortes en el futuro. A los pensionistas, un «aumento de la pensión ligada a la evolución de los precios» financiada con deuda y con una reforma, la de Escrivá, que hará que paguemos mucho más por jubilarnos más tarde y cobrar menos.
Se vanaglorian de continuar la suspensión de las reglas fiscales y cualquier moderación en el gasto porque saben que el BCE y Europa van a mantener el apoyo. Mientras, el Gobierno les engaña diciendo que en 2023 a lo mejor reducen el déficit.
Las expectativas de ingresos son de ciencia ficción (según el Gobierno aumentarán un 10,8% este año y un 13,5% el siguiente) porque asumen un efecto recaudatorio del aumento del PIB que nunca se ha dado. Pero da igual.
Incluso con las estimaciones de ingresos infladas, dejan a España con el mayor déficit de la Unión Europea en 2022 y con ello lanzan la economía a un ajuste brutal en 2023.
Incluso con las estimaciones de ingresos infladas, dejan a España con el mayor déficit de la Unión Europea en 2022
El 15% de tipo mínimo de Impuesto de Sociedades no va a recaudar casi nada porque en España, según la AEAT, las empresas grandes pagan ya un 19% y las pymes más de un 20% sobre su base imponible.
Eso sí, ante el aumento desbocado de gastos, vuelven con la cantinela de su «compromiso de reforma tributaria global». Vamos, que nos van a crujir a impuestos y a pesar de ello seguirán disparando el déficit estructural con un techo de gasto que se mantiene en 196.097 millones en 2021 y 196.142 millones en 2022, pero siempre se superan.
Se incluyen 27.633 millones de los Fondos Europeos; de ellos, 8.503 millones a pymes. Es decir, nada.
Sin embargo, vuelven a subir el gasto en personal y aumenta la oferta de empleo público, que ha crecido un 70% con Pedro Sánchez con respecto a los seis años de Rajoy. Una irresponsabilidad.
Este Presupuesto es la política de la cigarra, pero con esteroides. Dispara los impuestos y asume una recaudación de ciencia ficción (recordemos que con la ‘Tasa Google’ y la Tobin se han quedado muy por debajo de lo que pensaban recaudar) e incluso con las propias estimaciones del gobierno la economía española se lanza a un déficit estructural de más del 5% del PIB. Luego culparán a otro de «recortes».
Y lo más grave de todo es que ninguno de los motores de la recuperación que infla el Gobierno son estructurales sino puramente coyunturales.
Tras la euforia del despilfarro siempre viene la brutal resaca de la realidad.s impuestos a sus padres y «darles» un «bono» para ir al cine pagado con deuda masiva no tiene nada de progresista y lo tiene todo de irresponsabilidad.
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