EL MUNDO – 01/06/14
· Con el ejemplo de Cataluña, quiere que la ‘cuestión vasca’ no se les vaya de las manos.
Ante el creciente temor a que EH Bildu sea quien lidere el proceso soberanista vasco –y después de que la coalición abertzale haya metido la sexta marcha a esta cuestión al verse reforzada por el creciente apoyo obtenido en las elecciones europeas–, el lehendakari Iñigo Urkullu (PNV) ha decidido dar un paso al frente y echarse a las espaldas el liderazgo institucional en la denominada construcción nacional.
En la batalla a la que se encaminan PNV y EH Bildu por llevar el timón del proceso, el mandatario jeltzale quiere asumir en primera persona esta tarea para no dar aire a una coalición abertzale que se encuentra crecida por el escenario que depararon las urnas el 25-M y que, además, ha iniciado una carrera de fondo en Euskadi en favor del derecho a decidir del pueblo vasco.
Como inicio de esta estrategia, el lehendakari puede realizar este martes un gesto para marcar liderazgo institucional. Será al término del Consejo de Gobierno extraordinario en Urdaibai (Vizcaya) con su comparecencia ante los medios, donde es previsible que ofrezca más si cabe una mano tendida al Gobierno español para llegar a un consenso sobre el proceso nacional abierto en Euskadi a partir del diálogo.
La estrategia del lehendakari pasa por hacer ver al presidente Mariano Rajoy que es conveniente abrir un proceso de negociación con el Ejecutivo vasco que derive en un pacto bilateral, para así no dejar el liderazgo en manos de EH Bildu, circunstancia que llevaría al Gobierno a tener que hacer frente a un segundo órdago independentista tras el lanzado por Cataluña.
Con el Gobierno incapaz de encontrar una solución que dé carpetazo a la vía catalana, el lehendakari es consciente de que al Ejecutivo de Rajoy no le conviene que la cuestión vasca se le vaya de las manos y se abra un nuevo frente independentista en Euskadi. El lehendakari quiere jugar esta baza y pretende convertirse en referente institucional del proceso vasco que derive en el logro de unas mayores cotas de autogobierno para Euskadi dentro del marco del Estatuto de Gernika. En este proceso, tanto Rajoy como Urkullu tienen mucho que ganar y que perder.
Para posibilitar este escenario de encuentro, Urkullu no ha tardado ni 24 horas en marcar ciertas distancias con el texto a favor del derecho de autodeterminación que EH Bildu forzó a suscribir al PNV en el Parlamento vasco, el pasado jueves, con una iniciativa calcada a la que los jeltzales plantearon en 1990 en la Cámara de Vitoria.
Ante este apoyo, Urkullu aseguró el viernes que la postura jeltzale no implica automáticamente un inicio de la meta independentista. Insistió en que es necesario que el Estado «asuma» que Euskadi es «una realidad nacional diferenciada» con el derecho a que se respete la palabra de la ciudadanía tras una consulta «legal y pactada», pero siempre, según reiteró, a partir de un consenso con España.
Este mensaje encaja con el llamamiento en favor de la convivencia que le ha hecho llegar de forma pública la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quien ha pedido a Urkullu que no siga el camino emprendido por Artur Mas para posibilitar la cooperación. «Es el momento de construir juntos», aseveró de forma sintomática tras el Consejo de Ministros del viernes.
EL MUNDO – 01/06/14