EL CORREO – 22/11/14
· El lehendakari traslada al Rey que prolongar el actual marco legal «es avanzar en un camino irreversible de incomprensión».
El lehendakari trasladó ayer al Rey Felipe VI, en la reunión privada que mantuvieron durante hora y media en La Zarzuela, la necesidad de darle un vuelco al actual modelo de Estado porque prolongar «la actual situación es avanzar en un camino irreversible de falta de sintonía, incomprensión y distanciamiento». Una reforma que, a juicio del lehendakari, debe tener unos pilares básicos y modificar de forma sustancial la relación entre el País Vasco y el Estado. «Los principios deben ser el respeto, la no subordinación y la bilateralidad efectiva con garantías», ennumeró Iñigo Urkullu en su primer encuentro con el Monarca tras su proclamación el 19 de junio.
El lehendakari, precisamente, aprovechó el breve momento del saludo protocolario celebrado en el Congreso de los Diputados hace cinco meses para pedir audiencia a Felipe VI. Urkullu ha sido el segundo presidente autonómico recibido por el Rey tras el encuentro mantenido el pasado 17 de octubre con el madrileño Ignacio González.
La visita del lehendakari se produce en un momento muy simbólico; en plena tormenta soberanista catalana y con el debate sobre una posible reforma constitucional encendido. A diferencia de los planteamiento expuestos por Artur Mas, tanto Urkullu como el PNV han optado por un mensaje mucho más moderado. Aunque los jeltzales no renuncian al derecho a decidir, su apuesta por ahora es lograr un nuevo estatus para Euskadi, acordado dentro de la ponencia de autogobierno abierta en el Parlamento.
Urkullu, además, ha insistido en reiteradas ocasiones en trasladar a lo político la fórmula del Concierto económico. Una tesis que también defendió ayer delante del Rey, en un encuentro que se prolongó bastante más de lo esperado. Estas citas de tipo protocolario suelen tener una duración máxima de una hora. Pero ayer se extendió media hora más en un ambiente cordial. Felipe VI le dio la bienvenida con un apretón de manos y posó junto al lehendakari en el Salón de Audiencias antes de invitarle a pasar a su despacho.
Urkullu, según la información trasladada desde la Lehendakaritza, apostó por dejar a un lado «posturas maximalistas» y «dignificar la política como herramienta para solucionar los problemas» y evitar la «con frontación». Y eso pasa, en su opinión, por poner en marcha un nuevo modelo de Estado. La propuesta del lehendakari coincide en el tiempo con la defendida por el PSOE: una reforma federal que, entre otras cuestiones, sirva para clarificar competencias.
Pero lo que esbozó ayer Urkullu va un paso más allá. Porque el lehendakari planteó al Rey la necesidad de cambiar un sistema que se ha demostrado «ineficaz» y abrir «una vía de diálogo» que sirva para acordar «un nuevo modelo de encaje» de Euskadi en el Estado. «Construirlo demanda aceptar una reflexión compartida y un diagnóstico realista; establecer un espacio de relación permanente y mutua lealtad institucional y política», planteó Urkullu al Rey. No ha trascendido cómo se tomó Felipe VI los razonamientos del lehendakari.
Consolidar la normalización
Urkullu insistió en otra cuestión sensible: cómo quedarán los derechos históricos que actualmente consagra la Constitución de 1978 en caso de que se aborde una reforma plena de la Carta Magna, e incluso se ponga en marcha un nuevo proceso constituyente. Una propuesta que, por ejemplo, defiende Podemos, que aparecía en el último sondeo del CIS como la primera fuerza en intención directa de voto. Urkullu ahondó en la necesidad de «buscar una solución acordada de encaje de las nacionalidades históricas que suponga su reconocimiento en un nuevo modelo de Estado».
«El debate no comienza por la reforma constitucional. Esta debe ser la conclusión. Lo relevante es ofrecer un horizonte a las aspiraciones políticas y de autogobierno en un marco europeo de soberanías compartidas», comentó al Rey, según la Lehendakaritza.
La audiencia también sirvió para que trasladase al Monarca su opinión sobre el escenario abierto en Euskadi tres años después de que ETA decretase el cese de su actividad armada. Urkullu se mostró convencido ante Felipe VI de la necesidad de «ir dando pasos para consolidar la normalización». Una tesis que no comparte el Gobierno central.
EL CORREO – 22/11/14