EL MUNDO – 01/06/15
· Se reunió con ‘Willy’, antiguo lugarteniente del jefe etarra, para los pactos futuros en Navarra.
· El mapa estaba diseñado. Antes, mucho antes de que se celebraran elecciones, las conversaciones políticas, los acuerdos políticos, la política de alianzas en Navarra estaba más resuelta.
Durante meses, la cara amable del nacionalismo vasco en Navarra y el abertzalismo en la comunidad foral han mantenido reuniones casi con periodicidad mensual. Uxue Barkos y Vicente Goikoetxea Barandiaran, Willy, diseñaron y pactaron futuros acuerdos por si tras los comicios autonómicos y municipales, la suma de sus representantes, con alianzas de otros segmentos, pudiera suponer la salida de UPN del Gobierno de Navarra y la Alcaldía de Pamplona.
Y allí ya quedó repartido el poder, según explicaron a este periódico fuentes cercanas a los asistentes. Y ese resultado, esa posibilidad, se ha producido. Tienen que sumar muchos más que ellos dos (necesitan, además de Geroa Bai y Bildu, a Podemos y Ezker Batua), pero los contactos también se extendieron a otras formaciones, como era el caso de la que lidera Laura Pérez. La izquierda abertzale ya contactó con ellos y se reunió en el sur de Francia para buscar su alianza en este movimiento político en Navarra. Y Podemos dio su sí a este futuro acuerdo.
En esta estrategia de la izquierda abertzale ha tenido un papel predominante quien fuera lugarteniente de Mikel Antza, el ex número uno de la organización terrorista ETA. Se trata de Vicente Goikoetxea Barandiaran, Willy.
Desde finales de 2012, Willy ha mantenido reuniones con formaciones simpatizantes de sus expectativas políticas. Los radicales sabían que aproximaba una oportunidad histórica, que el desgaste de UPN, el desplome del PSN y la perspectiva poco relevante del PP dibujaba un escenario único para lograr tomar las riendas de una comunidad que ansía con anexionar al País Vasco.
Los encuentros entre Willy y Barkos comenzaron el último trimestre de 2012, coincidiendo con el amanecer de la plataforma abertzale Aldaketa Eraikiz (Construyendo el Cambio) y el grupo Aldaketaren Ahotsak (Voces para el Cambio) y con la toma de responsabilidades de Willy. Estas plataformas nacen de la izquierda abertzale.
Según estas fuentes, el primer encuentro entre el antiguo lugarteniente del ex número uno de ETA y Barkos se produjo el 27 de noviembre de 2012. Willy no acudía siempre solo. Le arropaban en ocasiones los dirigentes abertzales Pernando Barrena y Txelui Moreno.
Uxue Barkos estuvo acompañada también en la mayoría de los encuentros por su mano derecha, Manu Ayerdi. Entre la izquierda abertzale y Geroa Bai se han producido al menos 16 encuentros, cuando menos discretos, sin ningún tipo de publicidad, apartados de las comunicaciones, fuera de las agendas públicas y, desde luego, sin convocatoria ante los medios.
Además, la izquierda abertzale, tras analizar la irrupción de Podemos, gestó contactos con esta formación en Navarra para buscar estos futuros acuerdos. Y el mensaje de los seguidores de Pablo Iglesias fue muy receptivo. La sintonía política era clara. Todo vale para cambiar por completo el mapa de Navarra.
Incluso, como ya publicó este periódico, los presos de ETA también veían con simpatía a Podemos y apostaban por esta formación para que cambie su situación penitenciaria. Así la cosas, estos acuerdos previos se deben de plasmar ahora, antes de mediados de mes, en la formación tanto del Parlamento de Navarra como en la constitución del Ayuntamiento.
Barkos, con el apoyo de aquellos con los que contactó antes de elecciones, se convertirá en la próxima presidenta de Navarra. La Alcaldía de Pamplona quedará a cambio en manos de Bildu, donde la vieja Herri Batasuna ha colocado a sus dos hombres fuertes e históricos en Pamplona, Patricia Perales Hurtado, detenida por la Guardia Civil en 2005 y novia del etarra Javier Pérez Aldunate, y Joxe Abaurrea, el concejal de Herri Batasuna que en 1998 se negó a condenar el asesinato de corporación, el concejal de UPN, Tomás Caballero. La estrategia diseñada por el que fuera lugarteniente de Mikel Antza quedará consumada.
EL MUNDO – 01/06/15