ABC-RAMÓN PÉREZ-MAURA

Si corresponde al Rey conceder un título, ¿cómo puede corresponder a Sánchez o a las Cortes retirarlo?

PEDRO Sánchez empieza a dar demasiados signos de ninguneo a la Corona. Quizá no sean gestos muy ostentosos ni se aprecie una aparente gravedad en ellos. Pero demuestran el nulo respeto que siente el doctor Sánchez por la institución de la Monarquía. Es decir, su deseo de no respetar la Constitución vigente. Porque la Monarquía Constitucional es la forma de Estado que nos hemos dado los españoles por medio del referendo que validó nuestra Carta Magna en 1978. Cambiar el Título II para suprimir la Corona es algo difícil de hacer porque los españoles le otorgaron una especial protección en el texto que se votó por mayoría aplastante. Pero vaciar la figura del Rey de contenidos es algo más difícil de impedir.

Habrá quien crea que los reiterados desplantes horarios de Sánchez al Rey no tienen importancia, pero tienen muchísima. Porque es una forma de decir que el que prima es Sánchez, no el Rey. El retraso del pasado miércoles, llegando 50 minutos tarde, ya supera todo lo admisible. Moncloa explicó malamente que se le habían complicado las reuniones de la mañana en la Presidencia del Gobierno, donde recibía a colectivos de industria y turismo a las 9,30. Cuando uno da prioridad a esos colectivos sobre la figura del Monarca, está demostrando con

hechos el valor que da a la figura del Rey. Por no hablar de la inexistente educación del doctor Sánchez. Y eso no es culpa de que su tesis fuese plagiada. Eso es porque en su casa no lo educaron. Y la buena educación no es una cuestión de clase social, ni de nivel económico. Las personas mejor educadas que he conocido suelen ser las más modestas. Y cuando crees que el mundo gira en torno a tu persona, la buena educación desaparece porque el número uno eres tú. Y el Rey, como mucho, puede aspirar a ir detrás de ti.

En las últimas horas hemos tenido otro ejemplo de injerencia en las competencias del Rey. La nueva ofensiva contra el Ducado de Franco es también un ataque a las competencias del Monarca. Porque ése fue un título concedido por el Rey Juan Carlos I. Si corresponde al Rey conceder un título ¿cómo puede corresponder a Sánchez o a las Cortes retirarlo? A lo largo de nuestra historia la pérdida de títulos por sus legítimos poseedores se ha dado en muy pocas ocasiones. La última fue la que realizó el propio Rey Felipe VI cuando decidió retirar la dignidad de duquesa de Palma de Mallorca a la Infanta Cristina por razones sobradamente conocidas.

Puestos a sacar la guadaña, Sánchez quiere acabar con todos los títulos concedidos en el Reino de España durante el mandato del general Franco. Que debe de ser algo que tenía a los españoles clamando por ello y yo no me había enterado. Un título se concede para reconocer una aportación relevante a la patria: intelectual, artística, económica, deportiva… pero Sánchez va a hacer tabla rasa y acabar con todos al margen de qué fuera lo bueno que hicieron. Porque ya se sabe que si Franco reconocía algo, tenía que ser malo. Creó en 1948 el Ducado de Calvo Sotelo para reivindicar la figura del asesinado el 13 de julio de 1936. Pues para Sánchez bien muerto estuvo. Creó en 1955 el Condado de Fenosa para reconocer el desarrollo que posibilitó la acción de Pedro Barrié de la Maza, pero mejor hubiera sido la vida de las aldeas gallegas sin tendido eléctrico. Y, en fin, en 1952 creó el Marquesado de Ramón y Cajal para reconocer a título póstumo al premio Nobel, muerto en 1934, pero ahora Sánchez ha descubierto que don Santiago era un valeroso falangista.

Además de sectarios, iletrados.