EL MUNDO – 15/07/17
· Nuevo portazo de Juncker mientras el PDeCAT organiza un acto con sólo dos cónsules.
· Una de las obsesiones del Govern, y en especial del PDeCAT, para esta corta legislatura era «internacionalizar el proceso soberanista» y recabar suficientes apoyos en la Unión Europea para forzar al Ejecutivo de Mariano Rajoy a sentarse a negociar un hipotético referéndum independentista.
Una estrategia que Carles Puigdemont encomendó a Artur Mas y que ayer se demostró fallida en dos actos: al mismo tiempo que se hacía público un nuevo portazo del presidente de la Comisión Europea, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, a la continuidad de Cataluña en la UE en caso de independencia, el propio Artur Mas celebraba una conferencia del PDeCAT sobre la consulta en Barcelona ante tan sólo dos cónsules: el de Dinamarca y el de El Salvador.
Bajo el título Catalonia’s Referendum: a democratic debate, los neoconvergentes organizaron al mediodía una charla a tres bandas para publicitar la consulta entre el eurodiputado del PDeCAT, Ramon Tremosa, el catedrático de Política y Asuntos Públicos de la Universidad de Princeton, Carles Boix; y la moderadora Elsa Artadi, presidenta de la conferencia ideológica del Partit Demòcrata. Una jornada que tenía de plato fuerte la clausura a cargo de Artur Mas y que esperaba contar con varios representantes de la comunidad internacional.
Pues bien, pese al empeño neoconvergente de dar un cariz internacional al acto, sólo se sentaron en el patio de butacas el cónsul de Dinamarca, Lau Andersen; y el de El Salvador, Francisco Altschul, quien ocupó un puesto al lado de Mas. Así lo confirmaron fuentes de la organización, que también pusieron en valor la presencia de Víctor Terradellas, presidente de la Fundación CATmón, o del periodista catalán Miquel Calçada.
De hecho, en las primeras filas del auditorio donde se celebró la conferencia quedaron varias butacas desiertas ante la previsión de que acudieran otros cónsules y representantes internacionales de países como la República Checa, Turquía, Nueva Zelanda, Brasil, o Sierra Leona, que fueron baja de última hora. Tampoco había previsión de contar con ningún representante de potencias europeas como Francia, Italia o Alemania.
A pesar de este vacío internacional y de que prácticamente la mayoría del público era autóctono, el acto se desarrolló íntegramente en inglés –incluida la clausura del ex presidente de la Generalitat– y se centró en contrastar las bondades del referéndum independentista y la hipotética sensibilidad europea frente al bloqueo del Estado. «El 27-S se produjo una gran mayoría independentista, por eso estamos intentando cambiar el status quo»,reivindicó Mas antes de compararse con «Austria o Polonia» y reivindicar el espíritu «europeo» de Cataluña.
Un mensaje que cayó en saco roto al conocerse al mismo tiempo la respuesta de Jean-Claude Juncker a la pregunta de la eurodiputada liberal Beatriz Becerra, datada el pasado 7 de julio. «Cuando una parte del territorio de un Estado miembro deja de formar parte de ese Estado, por ejemplo porque se convierte en un Estado independiente, los tratados dejarán de aplicarse a este Estado», repitió el presidente de la Comisión Europea, relegando el procés a «un asunto de organización interna relacionado con los acuerdos constitucionales».
EL MUNDO – 15/07/17