Juan Carlos Girauta-ABC
Los judíos de Cataluña son los constitucionalistas, señora Ponsatí
La prófuga Clara Ponsatí, exconsejera catalana de Educación, se ha estrenado en el Parlamento Europeo comunicando que España inspiró a Hitler. Suelen los supremacistas catalanes combinar la mala idea con la poca idea. Si le añadimos su insufrible actitud de suficiencia, de sobrados sin causa, nos sale el molde que tan bien conocemos.
Afirma la fugada que la expulsión de 1492 fue el primer episodio de «antisemitismo de Estado», y que de ahí bebió el Führer. Corriendo los siglos, aquella misma pulsión de intolerancia, que sería el rasgo propio de lo español, se manifestaría con los catalanes, que son para doña Clara los nuevos judíos.
Tome apuntes, Ponsatí. La expulsión de los judíos franceses data de 1254, 238 años antes
de 1492. Sepa también que 202 años antes de que los Reyes Católicos dieran a los judíos la opción de convertirse o marcharse, Eduardo I los había expulsado de Inglaterra y había confiscado sus patrimonios. Hitler, por su parte, no tenía que buscar inspiración externa al disponer en su propia casa de suficientes precedentes: las masacres del siglo XI, las de los judíos alsacianos, el terror antisemita de la primera mitad del siglo XIV. Fuentes de inspiración hitlerianas previas todas ellas a 1492.
En realidad, a Hitler le inspiraron su vesania más una indigestión de lecturas. Un mal entender a Nietzsche y a Kant y un bien entender a Rosemberg y a Günther. Hay muchos otros. No le pediré que lea a Schmitt, que al jurista del decisionismo lo tienen los secesionistas catalanes perfectamente asimilado, ni que estudie a Heidegger, pues no es cuestión de encarnizarse con usted. Ya tendrá su pena tras los preceptivos suplicatorio, extradición y juicio. Es cuestión de tiempo.
A los más veteranos del Parlamento Europeo les habrá sorprendido que compare usted a los suyos con los judíos, toda vez que, en esa misma cámara, fue su compañero de gabinete, el delincuente Raül Romeva -que se presentaba por el mundo con una tarjeta de Minister of Foreign Affaires-, el precursor y el más tenaz activista en favor del movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones), campaña que solo cabe calificar de antisemita de acuerdo con los criterios que el Consejo Europeo, unánimemente, instó a adoptar hace menos de dos años a todos los Estados miembros de la UE.
Son ustedes, los nacionalistas catalanes y pancatalanistas, quienes han bebido de las turbias fuentes racistas que llevaron a Europa al desastre y a la muerte de seis millones de judíos. Son ustedes quienes defienden la misma concepción del Derecho que Carl Schmitt. Es su cuate Torra, el no presidente, quien se refirió a los catalanes no nacionalistas en términos calcados a los que utilizaba contra los judíos el siniestro De Lagarde: «Carroñeros, víboras, hienas, bestias con forma humana». Los judíos de Cataluña son los constitucionalistas, señora Ponsatí. No añada más oprobio a su triste trayectoria.