ÁLVARO MARTÍNEZ, ABC 06/01/14
· Un electricista, un policía y un exconcejal… Todos asesinados a traición. Así arrancó su carrera de matarife «Kubati», que el otro día regresó al matadero en Durango con una pelliza de cordero.
Tres historias. 1 María Pilar acababa de levantarse para preparar el desayuno a sus tres hijos cuando su marido, Juan Sánchez Sierro, 39 años, electricista, a, cerraba la puerta de la casa. Era el 8 de noviembre de 1984. Como todas las mañanas iba a sacar ar al perro antes de ir a trabajar. Aunque nacido en n Salamanca, llevaba toda la vida en Cestona (Guiipúzcoa), donde llegó con su padre, maestro de e profesión y que en 1977 se fue del País Vasco tras as sufrir un atentando. Él se quedó y fundó familia. a. Aquella mañana, tres tipos se acercaron a Juan y le preguntaron si era él a quien en el pueblo llaamaban «el maestrito». Dijo que sí. Encañonado, o, le metieron con el can en un R-5 recién robado. o.
En el coche estaba el «gudari» López… Dos horas as depués, en un cantera cercana, la Guardia Civil il encontraba al perro lamiendo la cara de su amo, o, que yacía en el suelo con tres disparos. De recuerrdo, López dejó una bomba a los agentes que acuudiesen a levantar el cadáver, que fue desactivada. a. 2 Había pedido trabajar esa noche para poder lleevar por la mañana a Jimo, su segunda hija, al méédico. La pequeña había nacido con parálisis cereebral y Mohamed Ahmed siempre hacía malabares s con los turnos y el cuadrante de servicios para no o perderse una consulta con la cría.
Era la noche del el 23 de noviembre de 1984 y el policía hacía guardia a en la frontera de Irún, pues en aquellos días a los s etarras les había dado por ametrallar a los camioneros franceses. Se acercó al coche de otros compañeros para echar un cigarro con un agente mientras patrullaban. b Y apareció ell «gudarid i» López… Una ráfaga y una granada le despedazaron. 3 Faltaban unas horas para que concluyese 1984 y José Tomás Larrañaga Arenas, exconcejal de UCD en Azcoitia, apuraba un chateo con unos amigos antestes de la cena de Nochevieja y las uvas.
Hacía cuatro años que vivía en Logroño, donde su familia le llevó a rastras, porque él no quería dejar el pueblo, después de haber salvado la vida por los pelos en dos ocasiones. El primer atentando lo sufrió en abril 1971978. Le ametrallaron tres etarras desde un coche, un Chrysler robado, cuando se dirigía a su casa. Tres tiro tiros en las piernas. Dos años después, y todavía con las secuelas de aquellos disparos, volvieron a por él. PerPero fue peor, otro ametrallamiento (también desdede unu Chrysler robado), dos balas en el pecho y la vida en un hilo. Aun así salió del trance; pero la familia no pudo más y le sacó del pueblo. Tomás torció el gesto, pero sabía que tenía que salir de allí, pue pues cada vez que veía un Chrysler se echaba cuerpo a tierra. Desde hacía cuatro años, pues, solo volvía a Azcoitia de vez en cuando. Ese 31 de diciembre fue la última. En la calle esperaban el «gudari» López, cuatro tiros en la cara y un balazo más en la cabeza, ya para rematarle.
Esto es lo que hizo, en poco más de un mes, «Kubati», que luego asesinaría, al menos, a «Yoyes», a FraFrancisco Muriel, a José Carlos Manero, a Rafael Garrido, a Daniela Velasco, a Daniel Garrido Velasco (padre, madre e hijo) y a María José Teixeira. Todos tenían sus vidas, sus familias, sus amigos, sus sueños, su futuro… Hasta que por allí pasó el «gudari» López para liberar a la patria vasca.
ÁLVARO MARTÍNEZ, ABC 06/01/14