Y el lunes, ¿qué?

Lourdes Pérez, DIARIO VASCO, 19/11/11

Mariano Rajoy ha terminado la campaña electoral pidiendo la hora. Pidiéndola para que finalizaran estas dos extrañísimas semanas, en las que en realidad no ha parecido que hubiera campaña, y no seguir sometido a presiones externas para que aclare qué va a hacer ante una crisis económica que se ha agigantado en los últimos días. Y pidiendo también a los mercados al menos 30 minutos de paciencia para que el nuevo Gobierno pueda asentarse y responder a unas exigencias cuya elevación exponencial amenaza con dejar en papel mojado todas las previsiones de los programas electorales. La prima de riesgo ha zarandeado de tal manera la economía española que, a este paso, los populares no van a poder permitirse exteriorizar en el balcón de Génova una alegría acorde al triunfo que le auguran las encuestas. Porque desde ese mismo momento, los cinco millones de parados girarán sus ojos hacia ellos. Como Merkel, como la UE en su conjunto, como esos mercados inmisericordes a los que Rajoy ha reclamado un margen para que no se ceben con un país en transición de poderes desde mañana.

Los sondeos electorales otorgan al PP una mayoría absoluta tan holgada que, sumado a su extensivo poder terrirorial, equivaldría a disponer de manos totalmente libres para comandar la acción de Gobierno. Pero puede que, si la crisis no cede, termine echando en falta una oposición más entera con la que poder contar; o, al menos, con la que poder compartir las zozobras y las culpas. Los socialistas han atravesado la campaña con una triple cifra en el bolsillo: 115-125-135 escaños. O lo que es lo mismo: el resultado catastrófico; el que iguala el peor escrutinio en unas generales -Almunia, en 2000-, pero que dadas las pésimas perspectivas sería ya una derrota menor; y el número de diputados que podría alcanzar Rubalcaba si lograra una movilización que hoy no se detecta en el ambiente. El lunes no habrá resaca electoral. Los mercados reabren y no parecen dispuestos a prodigar sosiego.

Lourdes Pérez, DIARIO VASCO, 19/11/11