RAMÓN PÉREZ-MAURA – ABC – 23/04/17
· Francia puede engendrar hoy un escenario apocalíptico, con dos candidatos radicales pasando a segunda vuelta.
Hoy es el día. Los franceses votan al final en sus comicios presidenciales. Y una vez más, una democracia occidental celebra unas elecciones y Vladimir Putin, el antiguo capo del KGB, tiene un protagonismo sorprendente. Esta vez, los dos candidatos más a la derecha manifiestan diferentes grados de sintonía con él, y los dos de izquierda poca o ninguna comunión. El mundo al revés. Pero el factor Putin es sólo uno de los factores de distorsión del escenario electoral que hace de éstos unos comicios como ninguno otro en la historia de la V República.
Por primera vez los dos candidatos más centristas, el republicano François Fillon y el izquierdista Emmanuel Macron, promueven agendas con relevantes elementos liberales, algo desconocido en Francia. Fillon promete reducir en 100 millardos de euros el gasto público en el próximo lustro, acabar con la semana laboral de 35 horas incrementando la jornada de trabajo, liberalizar la legislación laboral, recortar el impuesto de sociedades del 35 al 25 por ciento… lo nunca visto en la política francesa. Macron no va tan lejos, aunque también hable de recortar ese impuesto hasta el 25 por ciento. Tiene elementos liberalizadores.
Es quizá por ello que en estas elecciones francesas hay dos candidatos de extrema derecha e izquierda que pueden pasar a la segunda vuelta. Quizá incluso los dos. Y ello, entre otras razones, porque la francesa es la sociedad más intervencionista de Europa en materia económica.
Ahí tenemos a Jean-Luc Mélenchon diciendo que en lugar de incrementar el número de horas laborales semanales, hay que reducirlas a 32, hay que anticipar la jubilación de los 66 a los 60 años, ignorar los límites que pone la Unión Europea a los déficit fiscales y prohibir que las compañías que despidan trabajadores puedan pagar dividendos a sus accionistas. Y con todo y con eso, Mélenchon ha cerrado la campaña con una tendencia al alza mientras la izquierda más liberal de Macron lo ha hecho a la baja.
Un lustro de Presidencia del socialista François Hollande deja a Francia ante las elecciones más abiertas de su historia y con grandes opciones para los candidatos anti sistema. Con una economía creciendo al 1,1 por ciento frente al 2,7 de España, con los atentados terroristas llegando el pasado jueves, con el país en máxima alerta, a los mismísimos Campos Elíseos, con un Macron sin el respaldo de un verdadero aparato de partido y un Fillon manchado por los empleos éticamente cuestionables de su familia, Francia puede engendrar hoy un escenario apocalíptico con dos candidatos radicales pasando a segunda vuelta y dinamitando la construcción europea desde el corazón del gran proyecto puesto en marcha hace seis décadas. Confiemos en que la sensatez prime en las urnas.
RAMÓN PÉREZ-MAURA – ABC – 23/04/17