ABC – 09/03/15
· «Kokito Castillejos», Mohamed Tarik, Abu Dhar, Imad Jibar… Son yihadistas con conexiones en España que usan las redes sociales para lanzar amenazas.
· Retrato robot: Los perfiles estudiados son de jóvenes de entre 18 y 35 años, vinculados a España y que justifican la violencia. · En el punto de mira: Los terroristas ven nuestro país como objetivo principal junto a Francia, Gran Bretaña e Italia.
Las redes sociales son herramienta imprescindible para la radicalización de musulmanes y la propaganda yihadista. Esta realidad es sobradamente conocida, pero quizá no se comprende todo su alcance hasta que no se analizan los mensajes y amenazas que lanzan los terroristas a través de ellas. José María Gil Garre, director del Departamento de Estudios de Terrorismo del Instituto de Seguridad Global, ha hecho el estudio más completo sobre este asunto, centrado en individuos que combaten en Siria e Irak y que, además, tienen relaciones con España.
El sanguinario «Kokito Castillejos», o los no menos siniestros Mohamed Tarik, Abu Dhar o Imad Jibar, con muchos muertos a sus espaldas, son algunos de los perfiles analizados por este experto que, además, ha conseguido mantener contacto con ellos o bien con individuos que se hacen pasar por ellos en las redes sociales, aunque esta segunda hipótesis es menos probable. Incluso en esas conversaciones es amenazado de muerte. Todas las fuentes consultadas por ABC destacan la solvencia de esta investigación, por lo que sus resultados son compartidos en gran medida por los responsables antiterroristas.
Odio en la sangre
Los perfiles estudiados son de individuos de entre 18 y 35 años, que ya han participado en actividades criminales o bien se muestran partidarios de los brutales métodos y objetivos del Estado Islámico. Además, existen indicios de que todos están encuadrados en las estructuras de la organización terrorista que operan en Siria e Irak y comparten asimismo la idea de que hay que atacar en Europa –de forma específica España, Francia y Roma–, además de en Marruecos, otra de sus «bestias negras». «Espera y verás cómo explotan vuestros ayuntamientos y vuestras comisarías», le dice Imad Jibar, yihadista con relaciones en Ceuta, al autor del informe en una conversación mantenida en agosto.
«Se trata –dice Gil Farre– de jóvenes radicalizados, que no se limitan a expresar ideas o convicciones en sus contextos sociales más o menos inmediatos o en redes sociales, sino que han llegado a implicarse en grupos terroristas que operan en Siria o Irak». Y además odian a Occidente, en este caso a España, unas veces por su experiencia vital y otras por lo que otros radicales les han contado. Es más; las exitosas operaciones policiales que se han hecho en nuestro país contra estas células les sirven de aliciente para alimentar aún más sus deseos de venganza. Y todo ello aderezado con un discurso religioso paupérrimo que simplemente les sirve como coartada moral para justificar sus atrocidades.
Contactos en Ceuta
Los perfiles de los individuos contenidos en el informe provocan escalofríos. Abu Tasnim el Magrebí, que se hacía llamar «Kokito Castillejos» en facebook, habría nacido en julio de 1986 en esa ciudad marroquí próxima a Ceuta, donde también tiene muchas relaciones, en especial en la barriada de El Príncipe. Como la mayoría de los radicales del área delimitada por Tetuán, Tánger, Castillejos y Ceuta, «Kokito» tiene contactos con un perfil que opera desde Tetuán, decisivo en los procesos de radicalización. El terrorista, que solo tiene estudios primarios y es mecánico de profesión, ya es muy conocido por haberse fotografiado, sonriendo, con las cabezas cortadas de cinco hombres. Está casado con una mujer ceutí, Asia Ahmed Mohamed, a la que regaló como dote un cinturón con explosivos valorado en 100 dólares… «Quiero volver (a España y Marruecos) pero no para vivir allí, sino para conquistarlo», dijo en una conversación; «es a través del terrorismo como vamos a llegar a vosotros», precisó en otra. Y por supuesto, para él, «la degollación está permitida en el islam». Lo más inquietante es que gracias a su actividad en las redes sociales es seguido por decenas de jóvenes marroquíes y españoles, algunos de los cuales ya están en zonas de combate.
Mohamed Tarik es un joven marroquí vecino de Tetuán. También conoce España, según dice, y parece cierto porque habla con cierta soltura nuestro idioma. En enero de 2014 viajó a Siria para unirse al Estado Islámico, con el que comparte métodos y brutalidad. Hay una foto suya con cabezas humanas decapitadas y clavadas en una verja de un parque de Raqqa. Para él, como para muchos yihadistas, nuestro país no solo sería un eventual objetivo, sino uno de los principales junto a Francia, Inglaterra y Roma, ésta como símbolo de la cristiandad.
Escuela de radicales
Abu Dahr tiene poco más de 20 años. Como «Kokito», es de Castillejos y estudió en el colegio Abi Rabi Sabti, un centro al que han acudido muchos otros yihadistas. Su discurso es más elaborado, y además de las referencias a Al Andalus, justifica sus amenazas a España por su apoyo a los aliados en Afganistán e Irak. «Atacaremos vuestras iglesias», afirma. Y «pronto», añade el yihadista.
Imad Jibar parece ser marroquí y tiene vinculaciones muy estrechas con España. De hecho, se relacionó con Rachid Wahbi, un taxista español de Ceuta que asesinó a 130 personas inmolándose con un camión-bomba en un cuartel del Ejército Oficial de Siria. Hay fotografías suyas con «Kokito», un tipo que tiene ascendente sobre muchos de estos individuos. Los anteriores son solo unos ejemplos; pero hay muchas más… Y pueden regresar en cualquier momento para atacar.
ABC – 09/03/15