El Gobierno rechaza abrir ahora la reforma de la Constitución

ABC 29/08/15

· La vicepresidenta dice que la organización territorial se abordará con la financiación

El Gobierno no abordará ninguna reforma de la Constitución y menos «para intentar contentar a los independentistas». La vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, zanjó ayer cualquier expectativa al respecto al reiterar los argumentos clásicos que a lo largo de toda la legislatura ha empleado el PP en defensa de la Carta Magna. O lo que es lo mismo, en contra de un cambio para el que –subrayó la número dos del Gobierno– se necesitan «tener muy claros» dos requisitos: un consenso que «es muy complejo» y un objetivo, que «no existe y es muy dispar».

Eficiencia, no oportunidad
Pero tampoco cree el Gobierno que esa modificación sirviera en absoluto para encajar Cataluña en España y dar satisfacción a las aspiraciones soberanistas para sofocar así su desafío, que tiene su próxima fecha clave en las elecciones autonómicas convocadas para el 27 de septiembre. «Es muy difícil contentar a quien nunca parece estar dispuesto a hacerlo. No se trata de enfoques de reforma para contentar a los independentistas», sentenció la número dos del Ejecutivo, que descartó así llevar a cabo cambios en la ley fundamental.

Un mes después de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se mostrara abierto a debatir en la próxima legislatura sobre la reforma constitucional que reclama la mayoría de los partidos en la oposición, aunque en diferentes direcciones, Sáenz de Santamaría exponía ayer en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que las modificaciones «pueden hacerse», –y ejemplo es la del artículo 135 en septiembre de 2011–, pero que su fin debe ser que el Estado sea «más eficiente, más eficaz», y para «resolver los problemas de los ciudadanos». Pero en ningún caso «buscar determinadas soluciones puntuales».

Alternativa de «calado»
En consecuencia, la vicepresidenta reiteró que una propuesta con ese sentido «no va a ir» en el programa electoral de Rajoy «porque somos muy realistas» dijo, si bien conjuró la etiqueta del inmovilismo destacando que el Gobierno sí irá a los comicios generales con un plan «de calado» respecto al Estado del Bienestar y la organización territorial. A saber: la reforma de la Financiación Autonómica ya comprometida y una reforma «completa» de la fiscalidad que permita tener –en palabras de la vicepresidenta– «otra dinámica de crecimiento si se mantiene la recuperación» y definir una nueva estructura de ingresos.

Soraya Sáenz de Santamaría aprovechó para lanzar una crítica tácita a la Generalitat de Cataluña, a la que no nombró al reivindicar que han sido precisamente los «gobiernos eficaces y eficientes los que se han dedicado a solventar problemas», mientras que otras administraciones no han sabido solucionar con sus competencias, y aun así «piden más» y se dedican a la práctica constante del «victimismo» en un intento por diluir toda responsabilidad propia.