Odón se va a leer

Periodista Digital, 11/6/11

¿Y qué Odón tenía que ser? Pues Elorza, el sempiterno alcalde de San Sebastián, al que resulta inevitable comparar con Gregorio Ordóñez, al que una bala traicionera no dejó alcanzar ese cargo. Pero ahora van a hacer bueno a Odón. Otros vendrán que bueno te harán, dice el refrán, y en esa tesitura estamos.

El bueno de Odón (alguien hay, indudablemente, que lo considera bueno, puesto que ha estado ganando las elecciones durante mucho tiempo) ha dicho que se va a leer. Pues me permito recomendarle un libro, que evidentemente no ha leído hasta el momento, porque si lo hubiera leído hablaría y actuaría de otra forma. No sólo debería leerlo él sino todos los vascos, y no sólo los vascos sino todo el mundo, lo que ocurre es que el País Vasco es el lugar en el que una brutal y despreciable banda asesina encuentra cobijo y comprensión. Y ahora, porque lo han decidido seis magistrados del Tribunal Constitucional, de los cuales puede darse el caso de que cinco de ellos no sean jueces, tenemos a Bildu en danza.

El libro es “Mal consentido”, de Aurelio Arteta, y en él deja bien claro que el terrorismo no se trata de un asunto entre criminales y víctimas, sino que también intervienen todos esos que miran para otro lado, que siguen jugando la partida, o que se desentienden, en mayor o menor medida, de las víctimas.

El saber no ocupa lugar, y no ocurre nada si alguien no lee un libro, a condición de que lea otro. Sin embargo, algunos libros, como el citado, son imprescindibles; no porque sean extraordinarios, que lo son, sino porque las circunstancias -la presencia de Bildu, la persistencia de ETA, la deuda con las víctimas- obligan a ello. Pero no sólo han de leer, Odón y el resto de los vascos -y de los españoles-, el citado libro. Hay otro, que duele mucho a los etarras, y que habría que ponerlo a la vista de todos los concejales de Bildu, en los ayuntamientos en los que están, y que se titula “Vidas rotas”, un libro que formará parte de las hemerotecas del futuro, junto con el anterior. Para los historiadores del futuro serán de mucha utilidad los dos.

Periodista Digital, 11/6/11