«A Bildu le importan más los presos de ETA y Otegi que los donostiarras»

EL MUNDO, 17/7/11

Tras un fugaz escarceo por el sector empresarial y el Parlamento Vasco Ramón Gómez regresó a la arena política de la playa de la Concha para ser la nueva voz de los populares en el Ayuntamiento de San Sebastián. Un simbólico consistorio donde comparte pasillos con aquellos que jalearon a los asesinos de su principal referente político, Gregorio Ordóñez, y que asesoran desde la sombra al alcalde de Bildu, Juan Karlos Izagirre. «Soy en el vigilante de Bildu en Donostia», asegura.

«No estoy de acuerdo con que la capitalidad cultural sea un altavoz para ETA»

Pregunta.– Abandonó la política en 2007 para regresar dos años más tarde. ¿Un paso en balde?

Respuesta.– No. Llevo desde los 19 años de concejal y necesitaba conocer la empresa privada porque creo que es bueno para un político conocer el sector privado para poder gestionar los intereses de los ciudadanos. Los Ayuntamientos deberían funcionar como las empresas privadas.

P.– ¿Fue Antonio Basagoiti el principal artífice de su regreso?

R.– Sí. Él quería formar un equipo joven en Gipuzkoa para el Parlamento Vasco y me convenció finalmente.

P.– Su marcha se produjo un año antes del abandono de María San Gil. ¿Es usted sangilista?

R.–Yo soy del PP y no me siento ni más próximo a quien estaba, ni a quien está. Otra cosa es que mi manera de actuar coincide más con la forma de actuar del PP actual, que está formando por personas de mi generación como Oyarzábal, Basagoiti, Quiroga o Sémper.

P.– ¿Temió en algún momento la llegada de Bildu a la alcaldía?

R.– No. San Sebastián no es ni una ciudad abertzale ni independentista. Estaba convencido de que esto no iba a pasar nunca, porque, entre otras cosas, nos íbamos a poner todos de acuerdo para que esto no ocurriera. Si Bildu tienen la alcaldía es por responsabilidad del PNV.

P.– Un titular que defina al alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izagirre.

R.– Un regidor desbordado y sin criterios.

P.– ¿Se acordó de Gregorio Ordóñez durante el pleno de constitución del Ayuntamiento?

R.– Sí. Ordóñez fue referente para mí. Empecé en política por él. Durante el pleno ya dije que los que tienen actualmente la alcaldía no condenaron el asesinato de quien podía haber sido alcalde en 1995.

P.– ¿Cómo se digiere ver ahora en el poder a quien fue ex concejal de Euskal Herritarrok, Josetxo Ibazeta?

R.– Me duele ver en el Ayuntamiento a esas personas a las que durante años les ha dado igual que matasen a nuestros compañeros. Yo estaba aquí en el Ayuntamiento cuando Josetxo Ibazeta jaleaba a quiénes cometían esos crímenes desde el despacho de Batasuna.

P.– ¿Es el alcalde en la sombra de San Sebastián?

R.– Tengo la convicción de que el alcalde tiene una cara, pero que luego tiene un equipo detrás de concejales y asesores, que son los que mandan en muchas cuestiones.

P.– ¿Les miran a la cara?

R.– Los asesores ni no nos saludan. Yo llevaba años sin dirigirme la mirada con Ibazeta y ahora estoy obligado a llevarme con él. Es una situación muy incómoda.

P.– ¿Es Izagirre un títere de Batasuna?

R.– Él pone la cara amable, pero quien ejecuta la política es quien le acompaña. Y no solamente estamos hablando del equipo de alcaldía. Es habitual ver por los pasillos a destacados dirigentes de Batasuna como Joseba Álvarez. Es duro para personas que llevamos años padeciendo a ETA ver a gente que acaba salir de la cárcel entrando y saliendo del despacho de alcaldía.

P.– ¿Afirmaría ante los jueces del Tribunal Constitucional que Batasuna ya está dentro del Ayuntamiento donostiarra?

R.– Han entrado por la puerta de atrás, como ya sabíamos. A un juez del Constitucional le diría que viniese aquí y nos dijese si Bildu no forma parte de una estrategia. La justicia tendría que darse cuenta que es un fraude que Bildu esté colocando como asesores a esas personas inhabilitadas para participar en política. Lo preocupante aquí es que han entrado gobernando, con lo que tienen más cargos que repartir.

P.– Aitor Ibero, un abogado habitual de ETA, controlará las decisiones legales del Ayuntamiento.

R.– Da miedo que el gabinete de Alcaldía tenga una relación directa con los asesinos etarras. Yo voy escoltado por culpa de aquellos a quienes Ibero está defendiendo.

P.– Algunos donostiarras le acusan que está siendo muy light con Bildu…

R.– No estoy de acuerdo. En todas esas cuestiones que tengan que ver con temas ideológicos, libertad o proyectos estratégicos estoy siendo muy duro. Otra cosa es la relación del grupo municipal con el equipo de gobierno que tiene que existir. María San Gil lo explicaba bien. No es lo mismo coincidir en el voto que pactar. Hay cuestiones municipales en las que por el interés de la ciudad es necesario llegar a acuerdos.

P.– ¿Y cómo es posible que apoyasen a Izagirre en su decisión de gastar más dinero que Elorza en asesores, aun teniendo menos ediles?

R.– Yo me abstuve en la Junta de Portavoces. Mi pretensión era quitarles asesores porque sabía a quiénes iban a nombrar y al final PNV y PSE no quisieron.

P.– ¿Y por qué el PP no se plantó en el pleno?

R.– Porque ese tema se debatía dentro de un conjunto de medidas en las que mayoritariamente estábamos de acuerdo. Si nos oponíamos, no podríamos haber aprobado el resto de puntos en los que sí estábamos a favor. Fue un acuerdo mayoritario.

P.– ¿Tener tantos asesores es fruto de la necesidad de un alcalde sin experiencia?

R.– Absolutamente. Hay una incapacidad del alcalde y de los concejales de Bildu que nunca han estado en el Ayuntamiento. El alcalde no tiene ni idea. Juan Karlos Izagirre no sabe cuándo se vota ni qué se vota. Entiendo que para ser alcalde hay que tener un mínimo conocimiento. En la última Junta de Portavoces, Izagirre quiso hacer cosas en las que el secretario tuvo que pararle los pies.

P.– Usted defendió a bombo y platillo la Capitalidad Cultural de 2016. ¿Nuevo aliado de la coalición abertzale?

R.– Yo defiendo a San Sebastián. Yo no estoy de acuerdo cuando se dice que el Gobierno le ha dado un altavoz a ETA para llegar a toda Europa. Lo primero que merecemos los donostiarras es respeto. Y San Sebastián se ha ganado la Capitalidad. Otra cuestión es que con algunos de los temas que se proponen no coincidamos y tengamos que pelear desde dentro.

P.– ¿El Partido Nacionalista Vasco es un socio preferente de Bildu en San Sebastián?

R.– En algunas cuestiones sí, como en el hecho de que el PNV haya pactado con Bildu la vicepresidencia de la comisión de la Capitalidad Cultural, en perjuicio del PSE que lleva años trabajando en el proyecto. En otras cuestiones, el PNV nos está apoyando como en el tema de Tabakalera, aunque me hubiese gustado un gesto más contundente por parte del PNV y PSE, que podrían haber amenazado a Bildu con renunciar a sus cargos si no nos incluían.

P.– ¿La exclusión del PP de Tabakalera encenderá más su discurso político?

R.– En la Junta de Portavoces mostré mi enfado por habernos excluido y por la falta de criterio que tiene un alcalde que un día dice una cosa y al otro día dice la cosa contraria. Izagirre es muy libre de excluirme pero que no me diga cosas raras como que deja al miembro del Partido Nacionalista Vasco porque tiene más experiencia que yo.

P.– ¿Considera que a Izagirre le importan más los presos de ETA y Otegi que los donostiarras?

R.– Sí, porque el gobierno de Bildu en San Sebastián ya lo demostró con la primera decisión que tomó en la Junta de Gobierno local de criticar el proceso de Bateragune y no condenar a ETA. Yo voy a seguir exigiendo que condenen las 102 víctimas donostiarras.

P.–Usted es amante de la velocidad… ¿Le gustaría ir en moto como su alcalde?

R.– Sí. Yo ya dije en el 98 que sería libre el día que pudiese bajar en moto a darme un baño en la playa de la Concha. Desde los 14 años he sido motero, hasta que tuve que vender mi moto para comprarme un coche donde llevar a los escoltas.

P.– San Sebastián está acaparando toda la atención mediática con Bildu, ¿se siente en el punto de mira de la opinión pública?

R.– Sí. Sé que tengo mucha responsabilidad y la asumo porque el hecho de tener un alcalde de Bildu exige a los representantes de la oposición una responsabilidad democrática para ser garantes de la libertad en San Sebastián.

EL MUNDO, 17/7/11