«Bildu tiene una oportunidad de oro para demostrar que su apuesta es sincera»

DIARIO VASCO, 30/8/11

Inés Rodríguez Portavoz de Gesto por la Paz. «La decisión de dejar las armas corresponde exclusivamente a ETA y no se puede reclamar nada al Gobierno»

Gesto por la Paz lleva veinticinco años de activismo social en Euskadi. El pasado mes de enero, cuando concluyó su tradicional manifestación de Bilbao en contra del terrorismo, mostró su deseo de que en la edición de 2012 la marcha se convirtiera en una «monumental fiesta» que celebrara la desaparición definitiva de ETA. Nueve meses después, su portavoz, Inés Rodríguez (Andoain, 1957), afirma que eso es lo que le gustaría, pero no oculta que es consciente de la dificultad de que ese sueño se haga realidad a principios del próximo año.

«Parece que Bildu quiere evitar los pasos hacia el reconocimiento de las víctimas»
«ETA no es nadie para negociar ninguna cuestión política en nombre de la sociedad vasca»
«El acercamiento de los presos es legal y viable, y no debe condicionarse a que acerque la paz o no»
«Hay que reparar e incorporar a la memoria colectiva a las víctimas de actuaciones policiales»

-¿Cree que veremos a corto plazo el fin definitivo de ETA?

-Nadie sabe lo que pasa por la mente de quienes están en ETA. Desde el punto de vista de Gesto y el de cualquier ciudadano de este país, no se ve ninguna razón para que siga manteniéndose la violencia.

-¿Qué pasos se deberían dar a su juicio para acelerar el proceso de pacificación y normalización de Euskadi?

-La decisión de dejar las armas y de matar corresponde exclusivamente a ETA y no hay nada extraordinario que el Gobierno deba hacer para favorecer eso. A la sociedad le compete mantener esa exigencia firme y reconstruir la convivencia. El Ejecutivo tiene que aplicar la ley, lo que significa detener a quien delinque, seguir con el proceso de reinserción de presos y ser escrupuloso en lo que corresponde a la defensa de los derechos humanos. El camino para la reconstrucción de una convivencia rota por la utilización de la violencia por algunos miembros de esta sociedad, con el apoyo y la justificación de otros, será largo y costoso. Habrá que iniciarlo mirando hacia el futuro pero partiendo de los lastres que tenemos en el presente y reconstruyendo una memoria colectiva en la que las consecuencias de la violencia y el dolor de las víctimas estén presentes. Hay que avanzar en el reconocimiento al otro, en la asunción de la pluralidad y en que el diálogo es el método para resolver conflictos, incluido el de la identidad.

-¿Cómo valora los pasos que ha dado hasta ahora Bildu?

-La coalición, al margen de que ETA deje o no las armas, debido al espacio institucional que está ocupando en el País Vasco, y sobre todo en Gipuzkoa, tiene una oportunidad de oro para demostrar hasta dónde llega su apuesta por las vías exclusivamente políticas, y probar que la misma es sincera. Bildu o parte de quienes forman esa coalición tienen un recorrido que hacer hacia el distanciamiento de la violencia. No es entendible que no pidan a ETA su desaparición y desde las instituciones no se deben olvidar de las víctimas. Hay que recordar que dentro de ese entramado que conforma Bildu hay gente que ha apoyado la violencia, la ha justificado o la ha contextualizado en los últimos años.

-¿Qué opina de la postura de la coalición en torno a las víctimas?

-Parece que quiere evitar los pasos hacia el reconocimiento público a las víctimas. No entiendo por qué no lo hace ahora.

-¿Cree que hay una instrumentalización partidista en el tema de los afectados por el terrorismo?

-Las víctimas constituyen un colectivo muy plural. Hay algunas que han decidido participar en política y otras que han preferido mantenerse en el anonimato. Cualquier uso del dolor de las víctimas y de todo lo que hay alrededor de la violencia, que es tan terrible e injusto, por parte de los partidos no contribuye más que a incrementar el dolor y a no avanzar hacia el futuro. La ciudadanía ha percibido en algunas ocasiones que no ha habido una postura consensuada y que se ha utilizado a las víctimas como argumento partidista.

-¿Haría falta una comisión de la verdad sobre el terrorismo de ETA desde sus inicios hasta hoy?

-Gesto no contempla eso. Las víctimas exigen verdad, justicia y memoria, y para ello serán necesarios diversos procesos que deberán ser inclusivos y concluir que la violencia no sirvió para nada, solo para generar dolor, mucho dolor.

-Su plataforma subraya que el futuro político de este país es cosa de los ciudadanos y no de ETA.

-En efecto, ETA no es nadie para negociar en nombre de la sociedad vasca ninguna cuestión política. Ésta compete a los ciudadanos y a las instituciones. Siempre se dice que al final habrá que hablar con ETA, que no es lo mismo que negociar. Sólo habrá que dialogar sobre su final, las armas y los presos. Insisto, no se puede reclamar nada al Gobierno.

-¿Facilitaría el camino hacia la paz un cambio en la política penitenciaria y el fin de la dispersión de los presos de ETA?

-El acercamiento de los reclusos es algo legal, factible y viable que debería y podría hacerse al margen de que en estos momentos ETA haya declarado un alto el fuego unilateral. La política penitenciaria no debería estar condicionada a que acerque a la paz o no.

-Gesto presentó en julio un documento sobre las víctimas de actuaciones desproporcionadas o indebidas de las fuerzas de seguridad del Estado en la lucha antiterrorista. ¿Cuáles son sus demandas y propuestas?

-Se trata de una reflexión que recoge cinco necesidades concretas para este colectivo: identificar, reparar, crear una empatía, hacer un reconocimiento social e incorporar a la memoria colectiva. Hay que reconocer esas injusticias porque de otro modo no habremos hecho bien nuestros deberes. También quiero recalcar que entre esas víctimas no todas son también victimarios.

-Gesto va a comparecer en el Parlamento Vasco a finales de septiembre en relación a este tema.

-Sí, nos va a convocar la comisión que elaborará una ponencia sobre víctimas de motivación política o víctimas policiales.

-¿Qué diría a los que denuncian que ahora se está intentando equiparar a todas las víctimas?

-En ningún momento se trata de equiparar. Las víctimas de ETA lo son de un grupo terrorista que ha intentado imponerse a la sociedad, y las otras son debidas a actuaciones del Estado, entre las que hay que incluir los casos de torturas, que también hay que reconocer. Todos son víctimas de una injusticia.

-¿Qué opina del papel del Grupo Internacional de Contacto (GIC) que lidera el abogado Brian Currin?

-No conocemos en profundidad la labor que está realizando. Su mediación se debe encaminar directamente a forzar o a exigir a ETA que tome la decisión de su desaparición. No entendemos su exigencia al Estado para que dé pasos para contribuir al proceso de paz. ¿Qué le va a exigir, que deje de detener? Y cuando hablan de la legalización de Sortu ése es un tema exclusivamente judicial. Además, si los mediadores son aceptados por la izquierda abertzale podrían también facilitar el proceso de quienes hasta ahora no se han desmarcado de la violencia o por lo menos la han contextualizado. Tampoco apoyo la constitución de una mesa de partidos, porque para eso está el Parlamento Vasco.

-¿Cree que todavía queda mucho por recorrer para poner fin a la legitimación de la violencia?

-No me cabe ninguna duda de que la mayoría de la sociedad está en contra de la violencia, pero aún se escuchan y se leen muchos comentarios y apreciaciones que la justifican o la han justificado. No hay que olvidar que siguen las pancartas y los carteles con fotos de presos de ETA. Todavía queda un recorrido, pero lo fundamental es que al cabo de ese camino el relato no sea que ahora vivimos en paz o conseguimos no sé qué gracias a la violencia, cuando ésta sólo sirvió para generar dolor y pretender doblegar a la sociedad.

DIARIO VASCO, 30/8/11