«La izquierda abertzale debe una explicación sincera y autocrítica a este pueblo»

DIARIO VASCO, 30/10/11

«ETA tiene, como organización, una responsabilidad sobre el daño causado que no puede transferir a los presos»

El presidente del GBB del PNV, Joseba Egibar, reclama a la izquierda abertzale una «explicación sincera y autocrítica» sobre sus últimos treinta años, en los que ETA no solo «no ha puesto sobre la mesa la resolución del conflicto político» sino que ha provocado «consecuencias», víctimas y presos, que hay que abordar.

LAS FRASES
CONCLUSIÓN
«ETA no ha conseguido colocar encima de la mesa la resolución del conflicto político»
POLÍTICA PENITENCIARIA
«No se puede mantener la caracterización política que se le daba al colectivo de presos»
GOBIERNO DEL PSOE
«No se le pide a Zapatero que sea un temerario, pero sí que actúe desde su responsabilidad»
POSICIÓN DEL PP
«En mi única conversación con Aznar me dijo que este tipo de conflictos los resuelven gobiernos conservadores»
DEBATE POLÍTICO
«Se equivocan quienes creen como dice López que una vez desaparecida ETA, el conflicto político también desaparece»

– Ha permanecido usted bastante callado en las últimas semanas, ¿alguna razón?

– No. Desde hace dos años, el análisis político que hemos aportado ha sido correctamente actualizado. En los últimos tiempos, las noticias se han ido atropellando en la dirección de que el pronunciamiento (de ETA) se iba a producir. Y afortunadamente se ha producido. Es una decisión que ha impactado y provocado una satisfacción serena, que ha pillado descolocado a más de uno, además de desubicado continentalmente al máximo mandatario de este país. Pero la noticia está posando. Es bueno que la gente advierta del alcance de la decisión.

– Insisto. ¿No le hubiera gustado estar en Aiete?

– Bueno, era una representación tasada. Yo he seguido todo con atención, muchos hubiéramos querido estar. La declaración de Aiete sitúa en sus justos términos, más allá de la semántica, lo que nosotros entendemos que debe ser un proceso de paz. Dice a ETA que para poder hablar de las consecuencias de lo que ha causado, tiene que cesar. Por ese orden. El cese definitivo era el primer paso. Eso habilita después para solicitar diálogo a los gobiernos español y francés sobre las consecuencias, que son presos y víctimas, sin mezclar. El manifiesto lleva a la conclusión de que ETA, que siempre se ha presentado como una condición inherente al conflicto, no solo no ha conseguido a través de su lucha armada colocar encima de la mesa la posible resolución del conflicto político sino que está provocando, además del daño causado -el irreparable y el reparable-, que tengamos que hablar ahora de las consecuencias de su estrategia violenta. Ése es el balance.

– (…)

– A partir de ahí, al tiempo que reconozco la valentía de quienes han adoptado desde la izquierda aber-tzale la decisión de que esto se ha acabado, también es exigible un análisis crítico de su actuación durante los últimos treinta años. No han sido observadores de la ONU viendo un conflicto, han sido protagonistas relevantes. Se lo dijimos en la reunión. ¿Por qué se ha prolongado esto durante tantos años? Y no es un ánimo de buscar venganza política, sino de sentar bases correctas para el futuro.

– ¿Ese análisis debe ir incluido del reconocimiento del daño causado?

– Deben una explicación sincera y autocrítica a este pueblo. Los hechos son muy claros. Arrancan con una estrategia político-militar que perdura hasta 2011. Y ahora estamos intentando aliviar los efectos de esa estrategia. Cada uno sabe lo que tiene que hacer. La izquierda abertzale tendrá también que colocar en el tiempo los correspondientes pronunciamientos.

– ¿Les ha confirmado la izquierda abertzale que hará un compromiso público con las víctimas?

– Sí. La izquierda abertzale tiene una digestión complicada. Es la primera vez. La única vez. Yo soy del año que nació ETA, 1959. Mi generación y las siguientes no hemos conocido un tiempo sin ETA. Quiero gozar de este momento, que políticamente abre múltiples posibilidades para que este pueblo libere energías. Pero es obligado ser sereno y actuar con prudencia. La izquierda abertzale tiene que ser consciente de todo eso. Y creo que en el transcurso de una semana las posiciones políticas, incluso de los que estaban enfadados, se han modulado de forma progresiva en todas las formaciones. Y eso es un buen síntoma.

– Entiende que la «digestión» de la izquierda abertzale es lenta, pero sí se urge a los gobiernos a dar pasos en materia de presos.

– Entre las urgencias, está la política penitenciaria. Estamos hablando de otra más flexible que pasa por el acercamiento, la puesta en libertad de los enfermos y de los que han cumplido tres cuartas partes de la condena, y de la doctrina Parot. No se puede mantener esa caracterización política que se le daba al colectivo de presos. Se ha montado tal andamiaje sobre la idea de que todo es ETA, que ante una evidencia como la del 20 de octubre, hay que ir desmontando la excepcionalidad. ¿Qué van a hacer los tribunales con Bateragune o con Sortu? La izquierda abertzale necesita una ficha política legalizada.

– ¿Y hay que hacerlo ya? Entramos en una campaña electoral…

– Creo que hay inteligencia suficiente para que este tipo de temas no sean aprovechados electoralmente. Zapatero tiene su propio ámbito de responsabilidad y sigue en activo. Puede haber medidas y decisiones que acompañen a la consolidación del proceso. Hay pasos judiciales que no se han dado por una motivación política, pues habilítense, haga usted (Zapatero) lo que le dé tiempo. Tampoco se le pide que sea un temerario, pero actúe desde su responsabilidad. Y después le llegará al que sea, Rajoy o Rubalcaba.

– Las encuestas dicen que será Rajoy. ¿En qué traduce usted su actuar con «grandeza»?

– Sus declaraciones las inscribo en un ámbito de prudencia. Me acuerdo de que la única conversación que mantuve con Aznar decía que este tipo de conflictos los resuelven gobiernos conservadores. Tuvo su oportunidad. Y cuando mandó al trío buscaba eso, saber por dónde podía haber solución. Otra cosa es que ahora el PP haya armado un discurso que le ha servido en el toma y daca desde el atentado del 11 de marzo, su espina clavada.

– Y en esa gestión de las «consecuencias» de tantos años de violencia, ¿habrá un diálogo directo entre el Gobierno y ETA?

– No lo sé. Aunque la teoría dice que ETA no desaparecerá hasta que salga el último preso, es evidente que hay fases previas: las armas, por ejemplo. ¿Cómo se va a materializar y verificar el desarme? Para eso el PP tiene referentes en Europa y tendrá que buscar las fórmulas. Y después el trato en política penitenciaria, que no se puede relacionar con las víctimas. No puede haber una caracterización política de las víctimas para que te digan qué hay que hacer en el orden político. Habrá que ver qué actuación se tiene, porque también hay una obligación de reinsertar. No digo que aquí tenga que ser como en Irlanda donde hoy no hay ningún preso, una vez que firmaron un escrito de adhesión al proceso de paz.

– Eso suena a amnistía.

– Es otra historia, la irlandesa. Pero habrá que buscar las fórmulas. No sé si tiene que ser una legislación ad hoc. Pero la política penitenciaria busca la resocialización, y si la consigues… Es un trabajo duro, que va a llevar años.

– ¿Es usted partidario de una amnistía?

– No digo eso. Pongo el ejemplo.

– Hay presos del EPPK que la sitúan como «punto de partida» para resolver el «conflicto».

– No admito que se me diga que la base para construir la resolución es esto o aquello. Lo que no ha tenido ningún sentido es la lucha armada, que les ha llevado a matar o a delinquir, y después a la cárcel.

– Así que no se lo plantea.

– Creo que la política penitenciaria tiene su ámbito de reserva, no de opacidad. Hay que ser inteligente y acompañar desde la política penitenciaria, con decisiones que ayuden a consolidar el proceso. Y las urgencias son el acercamiento, la excarcelación de enfermos o la doctrina Parot.

– ¿Se deben condicionar esos pasos a los compromisos de la izquierda abertzale y ETA en materia de víctimas?

– Si alguien, por decisión propia o impuesta, declara el cese de su actividad armada, necesariamente tiene que hablar de las consecuencias de ella. Esa reflexión se impone, pero no hay que condicionarla con la política penitenciaria. ETA como organización tiene una responsabilidad sobre el daño causado que no puede transferir a los presos.

– Si el PP logra mayoría absoluta, ¿teme el PNV quedarse en segunda línea de este nuevo tiempo?

– Siempre hemos vivido una situación de ver cómo el desarrollo del autogobierno estaba condicionado a las necesidades de voto del Gobierno de turno. Pero se abre un nuevo tiempo por la situación económica, que obliga a un debate del modelo territorial. Y con él, sobre los problemas políticos sin resolver en Cataluña o Euskadi. Se equivocan, también el lehendakari, si creen que desaparecida ETA, el conflicto político ha desaparecido.

– Y ese debate político, ¿debe ser paralelo al asentamiento de la paz?

– Creo que hay que conversar, pero la realidad del Parlamento Vasco es la que es, sin una parte de la sociedad representada. Entiendo que los socialistas quieran cumplir la legislatura para un lehendakari que tienen, pero se están precipitando las cuestiones. Es lo que le dijo Iñigo Urkullu: «Reflexiona sobre esto…»

– … sobre el adelanto electoral.

– Pero no se lo impuso, porque no somos quiénes. Yo no soy partidario de montar foros fuera de las instituciones. Y la izquierda abertzale sí tiene cierta tendencia a organizarlos fuera porque arrastra la contradicción de que no puede admitir instituciones creadas desde el autogobierno vasco. Pero esto no es un páramo, aquí hay instituciones, hay vida, hay poder constituido.

DIARIO VASCO, 30/10/11