«Las víctimas nos tocaron el corazón y agitaron nuestras conciencias»

EL CORREO, 30/10/11

Profesores y alumnos valoran los testimonios en los centros escolares de afectados por el terrorismo

Las víctimas del terrorismo comenzaron a entrar en los colegios vascos el pasado abril para relatar, en primera persona, el drama en el que se han visto envueltas sus vidas, contribuir a la erradicación de la lacra de la violencia y sembrar semillas de paz entre las nuevas generaciones. Sus testimonios ante alumnos de 13 a 16 años y sus profesores están dejando una huella profunda en las aulas de Euskadi. Los responsables educativos han recopilado las primeras valoraciones de los participantes en esta pionera experiencia, incluida en el Plan de Convivencia Democrática. Sus reflexiones revelan la influencia de la iniciativa tanto entre escolares como en los docentes: «Impactante», «testimonio educativo impagable», «ya era hora», «nos tocó el corazón y agitó nuestras conciencias»…

LAS FRASES

LA SUPERVISORA DEL PLAN «Con sus gestos, sus silencios, transmiten emociones que solo se perciben en directo»
UN PROFESOR «El testimonio educativo fue impagable: nos impresionó su capacidad para perdonar»
UN ALUMNO «Me ha hecho reflexionar, nunca me había puesto en el lugar de los familiares de la víctima»

La escena que se repite en los centros de enseñanza es emocionante. Los chavales escuchan «impresionados, muy callados, concentrados, con una gran atención y respeto», explica una técnico que interviene en la aplicación del plan de paz con el que el Gobierno vasco pretende deslegitimizar el uso de la violencia y crear en los adolescentes una empatía hacia las víctimas. Cuando acaba la narración, que dura más de una hora, se hace un silencio profundo. «Un profesor rompe el hielo con una primera pregunta y después los alumnos se lanzan ya a interrogar con naturalidad al ponente», añade la especialista, que asiste a todas las sesiones.

Los docentes coinciden en que la presencia en el aula del voluntario aporta mucho más a los escolares que cualquier clase teórica sobre ética o conviviencia porque «nos toca el corazón». «Con su gestos, silencios, pausas… transmite sentimientos, emociones que no se pueden percibir de otra manera», detalla la técnico presente en las charlas. «¡Qué diferencia ver a una víctima en un papel, sin rostro, solo como un nombre y apellido, a ver sus ojos, su experiencia narrada en primera persona!», apunta un profesor.

En tres colegios

Los alumnos se acercan por primera vez al sufrimiento de un afectado por el terrorismo. «Tras la sesión les vimos muy impactados. Les ha servido para reflexionar; algunos así lo han comentado. Incluso aseguran que han cambiado de opinión en aspectos relacionados con la violencia», subraya un maestro. «Nunca me había puesto en el lugar de la familia de las víctimas», resume un alumno.

Las reacciones que ha recopilado el Gobierno vasco corresponden a un centro de enseñanza al que acudió una víctima -cuya identidad no ha sido desvelada- y de otros dos colegios que trabajaron con los estudiantes el relato grabado en vídeo de tres damnificados. En las grabaciones se recogen testimonios de los hijos de Fernando Buesa, exvicelehendakari y exdirigente del PSE, y de Sabino Iza, expresidente de la patronal alavesa SEA, junto con el relato de una víctima del Batallón Vasco Español, grupo parapolicial de extrema derecha. Los participantes coinciden en que las explicaciones de los ponentes eran sencillas, claras, y que se mostraron «cercanos a los adolescentes», evitando «toda alusión política» y «sin caer en el morbo».

Los profesores que tuvieron la oportunidad de escuchar a la víctima en el aula, junto a sus alumnos, describen con detalle y emoción sus sensaciones. «Si hubiera que elegir una sola palabra para definir su testimonio, quizás la más cercana a la vivencia de todos los presentes sería ‘impactante’. Lo que transmitió fue algo que se escapa a los límites que imponen las palabras y que sentimos los que asistimos a la sesión», recuerdan. «Incluso los más escépticos y reticentes con el proyecto afirmaron con rotundidad, con los ojos humedecidos, su agradecimiento por haber podido presenciar una experiencia tan enriquecedora», añaden.

Ni asomo de venganza

Los voluntarios sorprendieron a su auditorio porque en su dramático relato no había rastro de rencor ni asomo de venganza. «El testimonio educativo fue impagable, sus palabras y expresiones brotaban del corazón; su respeto y perdón a quienes en su día truncaron no solo un proyecto de vida personal, sino familiar les honra», opinaban los profesores.

Los chavales también se asombraron por la capacidad de perdonar de la persona que relataba su tragedia ante de ellos. «Se sintieron impresionados por la calidad personal de ambos (en referencia a la víctima de ETA y del Batallón Vasco Español). Valoraron su falta de rencor, cómo han reaccionado ante situaciones difíciles…Oir de su boca palabras como perdón y necesidad de reconciliación, ¿es normal?», resaltan los docentes en sus comentarios. De hecho, la técnico que dirige las sesiones explica que el mensaje que transmiten todos los voluntarios que acuden a los colegios es «constructivo». Su objetivo es «que lo que han pasado ellos no se vuelva a repetir, que nadie tenga que sufrir lo mismo».

«Nos ponen ante una persona que ha hecho un recorrido personal sorprendente desde el ‘ojo por ojo, diente por diente’ hasta la capacidad de reconciliarse con el mundo. Eso le carga de una moral extremadamente educadora», reflexiona otro maestro. «Una de las ideas que nos removieron por dentro» fue comprobar la «irracionalidad de la violencia», resaltan los docentes que vivieron la experiencia. Les conmocionó escuchar a uno de los afectados recordar en su charla que «su aita -víctima de ETA- ‘había trabajado por la ikastola del pueblo, por el euskera..’, cuando no hay razones para justificar un ataque terrorista».

La charla provocó también entre los presentes un sentimiento de solidaridad. «La experiencia nos permite solidarizarnos con quienes sufren la injusticia en sus propias carnes, además de agitar nuestra conciencia respecto a lo que éticamente no debe ser en ningún caso justificado», dicen en sus conclusione.

«Ya era hora»

La presencia de las víctimas desató, incluso, sentimientos de culpabilidad. «Algunas personas expresaron con una ‘ya era hora’ no solo su adhesión al proyecto, sino un cierto reproche por no haber manifestado antes con mayor claridad nuestra solidaridad con quienes sufren la violencia terrorista», señalan en sus valoraciones. «Nos hacen sentir la necesidad de reparación», explica otro maestro.

El Plan de Convivencia se puso en marcha en los centros escolares vascos el pasado curso. Los colegios tienen a su disposición materiales para trabajar con los alumnos la deslegitimación de la violencia terrorista en la aulas, entre ellos los vídeos con los testimonios de afectados. Son los propios centros los que solicitan la presencia de los damnificados si lo creen oportuno.

Medio centenar de colegios ya han participado en los seminarios para orientar al personal docente en la aplicación del plan de paz. Además, se ha formado a una quincena de víctimas, tanto de ETA como del GAL o del Batallón Vasco Español, para que ofrezcan su testimonio en las aulas. El Departamento de Educación no revela cuántos centros han contado ya con la presencia de estos voluntarios y cuántos lo han pedido. La consejera Isabel Celaá declaró recientemente que este curso la cifra de los solicitantes se ha triplicado respecto al pasado año académico.

El Gobierno calcula que 18.000 alumnos de 13 a 16 años tendrán la oportunidad de escuchar a las víctimas, tanto a través de grabaciones como con los testimonios directos en las aulas.

EL CORREO, 30/10/11