«La legalización de Sortu y el cese definitivo de la violencia de ETA son lo prioritario»

DIARIO VASCO, 21/8/11

«PNV y Sortu están obligados a entenderse para negociar con el constitucionalismo español»

El verano ha sido más intenso de lo normal para Joseba Egibar (Andoain, 1959). El PNV trabaja para perfilar la nueva estrategia desde la oposición en Gipuzkoa, preparar las generales y afrontar la renovación del Euzkadi Buru Batzar. Y todo ello, en un curso político que prevé decisivo para el final definitivo de la violencia de ETA.

«Creo que la decisión de ETA de cesar definitivamente la violencia está tomada»
«El PNV no puede pretender ser la izquierda abertzale y viceversa»
«La alianza electoral sólo serviría para ocultar las responsabilidades de la izquierda abertzale»
«El futuro de los vascos no es Rubalcaba ni Rajoy. España no podrá salir de la crisis en años»

– El PNV descarta la alianza electoral para las generales con la izquierda abertzale. ¿Por qué?

– Estamos en el inicio de un nuevo tiempo porque parece que la estrategia violenta de ETA toca a su fin. Por lo tanto, hay que asentar las bases para una paz definitiva. Es prioritario que Sortu, formación natural de la izquierda abertzale, conozca la legalidad antes de las elecciones del 20-N y es prioritario el cese definitivo de la violencia de ETA. Y también es tiempo de concretar propuestas políticas positivas que nos sitúen en la superación del conflicto político. Y una alianza electoral en este momento parece que quiere ocultar esas prioridades, cuando hay responsabilidades intransferibles que la propia izquierda aber-tzale debe cumplimentar más allá de lo que pudiera ser el efecto de una gran alianza nacionalista. Tenemos que conocer un tiempo en el que surge Sortu y desaparece definitivamente la violencia de ETA. Y ese tiempo puede estar más o menos próximo. Sería una buena base para el inicio de ese nuevo tiempo.

– ¿Es posible que la izquierda abertzale dé, como se le está reclamando desde los partidos, un paso más pidiendo a ETA que desaparezca?

– Lo que estamos diciendo es que se tiene que producir el cese definitivo de la violencia de ETA y ahí tiene que haber una declaración de ETA. Sabemos que no depende de Bildu pero sí puede exigírselo, y no lo ha hecho en estos términos.

Final irreversible

Usted cree que ese momento de legalización de Sortu y cese de ETA está próximo. ¿Llegará antes de final de año?

– En los próximos meses, no sé si antes o después de las elecciones. La izquierda abertzale necesita consolidar definitivamente ese escenario, que creo que está de facto pero no se ha explicitado. Dicen que la decisión de cese definitivo de la violencia por parte de ETA está tomada, y yo creo que es así, que no tiene vuelta atrás, pero hay que explicitarlo. Y si no, exigir a ETA, porque aunque se dé por superado, que eso tenga su expresión de exigencia por la izquierda abertzale, se agradecería.

¿O sea que cree que ETA ha tomado ya la decisión de dejarlo definitivamente?

– Sí, creo que eso está fuera de toda duda, y creo que quienes tienen capacidad de análisis e información que al común de los mortales y a los partidos se nos escapan, lo saben.

– Se habla de que no habrá gestos de ETA antes del 20-N, hasta comprobar qué gobierno sale de las urnas. ¿Lo entiende, o considera que sería mejor que se pronunciara antes de las elecciones?

– Mejor antes, esas decisiones tomadas hay que comunicarlas, no pueden responder a un calendario de intereses.

– ¿Es posible que Sortu llegue legalizada al 20 de noviembre?

– Sí. Tiene que llegar. El Constitucional tiene tiempo suficiente.

– ¿La izquierda abertzale quiere arrebatar al PNV la hegemonía del nacionalismo vasco?

– Quiere legítimamente liderar el mundo abertzale. El PNV es insustituible y la izquierda abertzale, también. El PNV no puede pretender ser izquierda abertzale y viceversa, para sustituir al PNV tendrá que ser más o menos parecido. La diferencia con la pugna entre PSOE y PP es que su nación la tienen construida y, sin embargo, en el mundo abertzale, estas dos sensibilidades estamos con una nación en construcción y aquí puede haber pugna.

– ¿En todo caso, el PNV, con su actual rechazo, zanja para muchos años cualquier colaboración electoral con la izquierda abertzale?

– Ahora están pidiendo una alianza electoral para Madrid que no se ha producido en las municipales ni se va a producir para las autonómicas. Pero PNV y Sortu están condenadas a entenderse, en el sentido de que si existe un conflicto político que es preciso superar, algunas bases vamos a tener que compartir para que las opciones constitucionalistas españolas entren a negociar.

– ¿Y dónde puede estar ese punto de encuentro?

– Nosotros ya hemos concretado todo esto en nuestras ponencias y en el Parlamento Vasco. ¿La izquierda abertzale, qué proyecto de país tiene? Todo esto hay que analizarlo.

– ¿Cómo pretenden recuperar el espacio que les ha quitado el ‘efecto Bildu’?

– No nos han quitado espacio. Cuando se da una motivación especial y cierta épica se activa un voto comunitario. Pasó en 1999 con el alto el fuego, y se activó de nuevo en 2001 dando 604.222 votos al nacionalismo institucional democrático cuando se produce el enfrentamiento PSE-PP contra PNV-EA. Ahora lo ha activado Bildu por la ilegalización. El PNV debe afianzar su proyecto y ver a futuro cómo puede pactar con otras expresiones como Sortu.

– ¿Detecta que esta motivación sigue vigente en favor de Bildu de cara al 20-N?

– En política no existe el movimiento permanente. El PNV sabe que hay que encender una chispa emocional basada en proyectos concretos que se puedan conseguir, no en utopías.Y nosotros, en su día activamos el proyecto de nuevo Estatuto Político en el Parlamento. Las bases para la resolución del conflicto político están ahí.

– ¿Detecta un cambio de actitud en Aralar, que parece dispuesta a entrar en la alianza electoral con el mundo de Bildu?

– Está en esa reflexión y les respetaremos. Aralar inició el camino y creen que son quienes elaboraron esa línea de política sí y violencia no, y que el tiempo les ha dado la razón. Después de once años la historia coloca a cada cual en su sitio.

– ¿Supondrá el fin de Nafarroa Bai, que el PNV comparte con Aralar?

– Vamos a ver qué decide Aralar, pero el PNV cree en los principios fundacionales de Nafarroa Bai.

– ¿Teme que la irrupción de Bildu mengüe la representación del PNV en Madrid y deje de influir tanto?

– Eso es la política, pero que seamos influyentes o no dependerá de la capacidad propositiva del PNV.

– ¿Debe postularse el PNV ante el PP como fuerza preferente si vence Rajoy?

– No. El PNV se tiene que postular como una fuerza representativa del pueblo vasco. Se va a pretender trasladar a la ciudadanía que su suerte está ligada al triunfo de Rajoy y Rubalcaba, y no es así, porque, en lo relativo a la crisis económica, PP y PSOE son corresponsables del modelo de crecimiento económico desequilibrado que ha llevado a España al descrédito. Y ese mal hacer también ha afectado a la ciudadanía vasca aunque su modelo fuera equilibrado. Pero el Estado español no tiene posibilidades reales de salir de la crisis en muchos años. Por tanto, el futuro de los vascos no está ni en Rajoy ni en Rubalcaba.

– Pero imagino que sí aspirará a una relación fluida y fructífera con Rajoy como la que han tenido con Zapatero.

– Se ha instalado en España una forma de hacer política que no es buena. La ciudadanía tiene una sensación de mercadeo. Hay que elevar la política de esos planos.

El papel del PP

– ¿Cómo influiría un Gobierno del PP en el camino hacia el final de la violencia en Euskadi?

– En el PP va a haber una evolución. Sabe que para consolidar un escenario de paz definitiva que puede estar en sus manos, se tiene que aproximar a consensuar determinados temas desde la inteligencia política. Y la cuestión política de fondo, más allá de lo que es la paz, es intentar resolver el problema político vasco. PSOE y PP deben dar cauce a lo que la sociedad vasca decida libre y democráticamente.

-¿Será clave la flexibilidad del PP vasco?

– A medida que avanza el tiempo son más los del PP que creen que ésta sí es la definitiva. Lo viven con alivio por recobrar su libertad personal, y esto favorece el análisis.

– ¿Qué le ha parecido la polémica por la imagen de dos concejales del PP brindando con el alcalde donostiarra de Bildu?

– Es surrealista que el PP responda de esa manera. Me recordó a un concejal del PP que tuvo que marcharse de aquí, y que cuando Aznar aterrizaba con todo su séquito en la Concha, le decía ‘tú coges La Concha un día con los tuyos, pero el resto del año estamos nosotros aquí solos’. A mí me ha parecido correcta la actuación de Ramón Gómez.

– El PNV inicia el nuevo curso con la menor cuota de poder de su historia, fuera del Gobierno Vasco y tras perder Gipuzkoa y Álava. ¿Cómo lo afronta?

– Nos está sirviendo para comprobar la capacidad transformadora de la política desde la oposición. A nosotros no nos interesa que las instituciones no funcionen.

– ¿Puede diluirse su perfil tradicional de partido de gobierno?

– No si actúas responsablemente.

– Ustedes optaron por que Bildu gobernara y se retratara ante la sociedad. Por lo visto hasta ahora, ¿qué le parece?

– Estoy viendo mucha fiesta y procesión, efectos especiales de la izquierda abertzale con su iconografía de presos, y arrogancia, y menos severidad en la concreción de posiciones políticas.

– ¿Hasta dónde quiere llegar el nuevo estatus que plantea el PNV? ¿Tiene similitudes con el plan Ibarretxe?

– Estamos trabajando en la propuesta Ados! Queremos una base compartida de solución del problema político y de garantía para las futuras generaciones de que el pueblo vasco va a decidir lo mejor. Y quien quiera proponer otro proyecto, que lo diga. Hay que pactar el ejercicio del derecho a decidir, luego ya se verá hasta dónde se quiere llegar.

– ¿Esto significa reclamar la autodeterminación, como les piden algunos que aclaren?

– El derecho de autodeterminación es el derecho a decidir. Yo no utilizo eufemismos para eso.

DIARIO VASCO, 21/8/11